Un viaje al mundo del megalitismo.
Desde el Neolítico hasta un momento indeterminado de la Edad del Bronce floreció en diversas partes del mundo, y en particular en la fachada atlántica europea, un modo de enterramiento monumental y colectivo.
Para los amantes de la naturaleza y la historia, el mundo de los dólmenes, encierra una buena dosis de misterio y belleza. Hay páginas de internet que recomendamos, como la que está elaborando Miguel Moreno, periodista y arqueólogo burgalés: http://www.arrakis.es/~morenobl/
En ella, Moreno explica que los dólmenes, auténticos panteones funerarios, acogían durante cientos de años a determinados individuos (¿dirigentes tribales, familiares, religiosos...?), llegando a registrar osarios de gran importancia. Los ajuares funerarios son también variados, aunque casi siempre contienen herramientas de sílex, hachas pulimentadas, cuentas de collar y otros adornos, así como herramientas de hueso.
La palabra megalito nos habla de grandes piedras, de las lajas que conforman el interior de los dólmenes. Normalmente hay una o varias cámaras (redondas, cuadradas, poligonales) comunicadas con el exterior mediante un corredor, que puede estar también adintelado. El conjunto se protegía con un túmulo de tierra, a veces con corazas de piedras, que daba solidez a la construcción.
Como el dolmen tenía vocación de continuidad, el acceso se realizaba por el corredor (aunque a veces era por la misma cámara), que quedaba sellado tras cada enterramiento.
Pero el megalitismo no se agota en los dólmenes de gran tamaño y carácter colectivo. A la vez aparecen otras manifestaciones funerarias y conmemorativas que están relacionadas entre sí. Hay enterramientos individuales, algunos de pequeño porte junto a los grandes dólmenes. También se encuentran cistas (cajas formadas por varias piedras) y túmulos que no tienen estructura lítica. Los menhires, que son arqueológicamente "mudos", porque no transmiten información, también deben relacionarse con el megalitismo, aunque con gran precaución.
Es fácil entender el vínculo entre dólmenes y menhires en lugares como Carnac (Bretaña francesa) o en lugares de gran acumulación megalítica. Pero a veces pueden ser confundidos con mojones históricos.
Lo que sí parece claro es que los dólmenes son marcas territoriales monumentales. Se trata de un enterramiento en positivo, todo lo contrario de la ocultación del cadáver, que pretende mostrar con orgullo el lugar de reposo de los antepasados. Aun a riesgo de caer en la especulación, cabe hablar de hitos geográficos, tal vez vinculados con recursos naturales o simbólicos (lagunas, pastos, tierras de cultivo...).
Aunque tradicionalmente se ha hablado de que los megalitos están en lugares dominantes del paisaje, la realidad es mucho más compleja, y en muchos casos se mimetizan con el entorno. Sin embargo, casi todos tienen en común su buen dominio territorial (lugares para ver, más que para ser vistos).
"Megalitos de Burgos" es una web en la que se dan a conocer los dólmenes de esta provincia castellana, pero que ha ampliado su campo a otras manifestaciones megalíticas de toda España.
En el enlace http://www.arrakis.es/~morenobl/ se pueden ver más de 600 páginas con centenares de yacimientos, clasificados por provincias, y otras secciones monográficas en las que se dan a conocer diversas agresiones al patrimonio, el uso de Sistemas de Información Geográfica para el estudio del Megalitismo, un foro con artículos diversos, bibliografía específica, enlaces a páginas de toda Europa y una excursión virtual por los dólmenes de Sedano.
Como novedad de este semestre, se incluye una sección sobre Cronología, que delimita en el tiempo el fenómeno megalítico burgalés en el contexto ibérico.
También se han añadido últimamente varios dólmenes de la provincia de La Coruña y abundantes túmulos y cromlechs de Guipúzcoa.
Megalito visto desde su interior, imagen de Miguel Moreno.