Chaquetas y abrigos de líneas construidas, abotonaduras cruzadas importantes, cuellos grandes, broches exóticos que sustituyen a las clásicas medallas, pantalones estrechos y polainas militares; detalles sobrios que definen la vestimenta militar se enriquecen y mezclan con los volúmenes más ligeros y femeninos de los países del Este: faldas de pliegues y pinzas profundas, ricas en capas de diferentes texturas (lanas compactas, fantasías en devoré de terciopelo, delicados encajes, pasamanerías de pelo). Un conjunto que se funde entre sí creando una gradación de colores y texturas delicadas, ricas y atrevidas. Finos foulares bordados y collares de cristal iluminan los tejidos más opacos. Un todo desenfadado que crea un look sofisticado y armonioso. La fría imagen del invierno y lo militar contrasta con los colores calientes y brillantes de los países del Este: sepias, naranjas y marrones degradan hasta encontrarse con los azules. La mujer de nuestra historia se insinúa en una noche donde las sedas y encajes envuelven la silueta femenina con vestidos ricos en tejidos y bordados. Colores arenosos en la gama de los rosas y azules contrastan con los colores brillantes de las cintas de terciopelo que detallan toda la colección, enriqueciendo el mundo femenino y sensual Kina Fernández.
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