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Jasper Johns, en el IVAM

Valencia, febrero de 2011

Jasper Johns (Allendale, Carolina del Sur, 1930), es una de las figuras más importantes del arte de mediados del siglo XX, a quien se le ha otorgado recientemente el Premio Internacional Julio González de la Generalitat Valenciana.

La exposición reúne cerca de un centenar de obras que recorren cincuenta años de una de las grandes carreras del arte contemporáneo. Las obras provienen de museos americanos y europeos como National Gallery of Art, Washington ; MFAH, Houston ; Whitney Museum, Nueva York ; The Broad Art Foundation, Santa Mónica; Milwaukee Art Museum ; Centre Georges Pompidou, Paris ; Tate, Londres, entre otros, y de colecciones privadas que muestran la evolución del trabajo del artista. Su presencia se ve complementada por un préstamo de Jasper Johns que incluye la mayor escultura de este creador realizada en 2007, nunca antes expuesta.

El catálogo de la exposición reproduce las obras expuestas y contiene textos de Consuelo Císcar, Martine Soria, Daniel Abadie y Luciano Caprile.

Con motivo de la muestra el IVAM ha organizado un Taller Didáctico dedicado al estudio de las técnicas de encáusticas y ceras empleadas por Jasper Johns en las series de números.

La exposición tiene un carácter retrospectivo especialmente consagrado a la escritura, un tema recurrente en su obra. Los símbolos tipográficos protagonizan esta selección de pinturas y grabados.

Jasper Johns pintó símbolos familiares como dianas, banderas estadounidenses, números y letras del alfabeto; símbolos que estaban en el imaginario popular, pero renovados en su propio estilo aplicando gruesas capas de pintura para que el propio cuadro se convirtiera en un objeto y no sólo en la reproducción de objetos reconocibles. Esta idea de arte-como-objeto se convirtió en una poderosa influencia en la escultura y la pintura posteriores y ha sido especialmente significativa para la historia del arte estadounidense.

Tinta china sobre plástico y dibujos, complementan esta muestra que quedaría incompleta sin el conjunto de grabados que las acompañan.

La obra gráfica de Johns tanto sobre plancha de cobre como en litografía es inmensa, siguiendo a Picasso y Matisse la labor de estampación es omnipresente en su quehacer cotidiano, y como eminente grabador ha traspasado los límites y ha modificado las técnicas que ha empleado. Muchas de las obras que se muestran en la exposición -en las que confluyen diversas técnicas- ponen su acento sobre símbolos de comunicación no verbal que aparecen de manera recurrente en su trabajo.

Jasper Johns (Allendale, Carolina del Sur, 1930) residió en varias localidades de Carolina del Sur tras el divorcio de sus padres. Allí cursó estudios universitarios, pero ya en 1949 se trasladó a Nueva York e ingresó en una escuela de arte comercial.

Incorporado al ejército, se le destinó al Japón, donde permaneció hasta 1952. Aunque algún débil rastro de influencia japonesa pueda percibirse en algunas obras muy posteriores, es posible que se deba más a la relación que mantuvo con el músico John Cage, uno de los personajes centrales de la vanguardia americana, con interés por el budismo zen.

En 1954 había conocido a Robert Rauschenberg y John Cage, ambos tuvieron gran influencia en su trayectoria artística y le pusieron en contacto con algunas figuras de la máxima importancia en la escena artística neoyorquina e internacional, como el coreógrafo Merce Cunningham o el propio Marcel Duchamp.

Tras instalarse en Nueva York en los primeros años 50, ganó el reconocimiento de la crítica por sus innovadoras imágenes de banderas, dianas, alfabetos y números. la obra de Jasper Johns, desde su origen, impone cierta distancia entre la pintura y su representación.

Tras la adquisición por parte de Alfred Barr en 1958 para The Museum of Modern Art del cuadro Flag (1954-1955) con motivo de la primera exposición del pintor en la Leo Castelli Gallery, coleccionistas, la prensa y el gran público no dejaron de ver en esta pintura un icono de la American way of life, pero el sutil fundador del MOMA había percibido inmediatamente su doble dimensión: la crítica respecto a la abstracción que defendía entonces Clement Greenberg y la invención pictórica que recuperaba el antiguo y lento procedimiento de la pintura a la cera para ofrecer la imagen inédita y desfasada del objeto más inmediatamente reconocible para cualquier americano.

J. Johns a lo largo de su dilatada carrera artística ha explorado, con igual virtuosismo, la pintura, el dibujo, el grabado y la escultura, y ha sido motivo de numerosas exposiciones individuales en Museos que incluyen el Whitney Museum of American Art (1977); el Kunstmuseum Basel (1979), el Museum of Modern Art, Nueva York (1986), el Philadelphia Museum of Art (1988) y la National Gallery, Washington D.C. (1990).

Su lugar como uno de los artistas americanos más importantes del siglo se vio consolidado con la premiada presentación de nueva obra en la Biennale di Venezia de 1988, y con una magnífica retrospectiva en el Museum of Modern Art de Nueva York en 1996.

Dancers on a Plane, 1980. Óleo y acrílico. sobre lienzo con marco de bronce pintado

Dancers on a Plane, 1980. Óleo y acrílico. sobre lienzo con marco de bronce pintado

Figure 0, 1959. Encáustica, óleo y collage sobre lienzo. Ludwig Collection, Koblenz. Foto: Hans-Martin Ash, Wiesbaden

Figure 0, 1959. Encáustica, óleo y collage sobre lienzo. Ludwig Collection, Koblenz. Foto: Hans-Martin Ash, Wiesbaden

Map, 1960. Encáustica sobre papel impreso montado sobre tabla. Robert Rauschenberg Foundation Collection. Foto: Cortesía Robert Rauschenberg Foundation, New York

Map, 1960. Encáustica sobre papel impreso montado sobre tabla. Robert Rauschenberg Foundation Collection. Foto: Cortesía Robert Rauschenberg Foundation, New York

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