Artemio Artigas/Guiarte.com. 24/03/2017
Conocido también como Paraba Barba Azul o guacamayo de Garganta Azul, este ave habita en bosques de palmas, pampas sabanas inundables y selvas. Sin embargo el número de ejemplares en libertad se redujo notablemente en las décadas pasadas, por lo que ha pasado a ser calificada como “en peligro crítico”.
Estos días, ha habido una noticia importante sobre esta rara especie, el descubrimiento de una interesante área de cría, lo que facilita el conocimiento de su ciclo vital y puede contribuir a asegurar la protección total de la especie.
La Asociación Armonía (BirdLife Bolivia) ha realizado un interesante trabajo de apoyo a este guacamayo de un metro de tamaño y cerca del kilogramo de peso. En febrero, una expedición de esta entidad descubrió una nueva zona de cría, tras una activa búsqueda.
Según informa BirdLife, desde el año 2008, Armonía ha estado protegiendo las áreas de descanso y alimentación de la mayor población salvaje de guacamayos Barba Azul de la Reserva Natural de Barba Azul, ubicada en la Sabana del Beni en el noroeste de Bolivia (Municipalidad de Santa Ana de Yacuma, Provincia de Yacuma, Departamento del Beni). Es una zona privilegiada para el guacamayo, que parece prosperar en esta área (con recientes observaciones de un récord de 118 ejemplares).
Pero la mayoría de estas aves sólo utilizan la reserva Barba Azul de mayo a noviembre. Al comienzo de la temporada de cría, las aves parecen dispersarse a sitios desconocidos, volviendo a Barba Azul en pequeños grupos en marzo. La pregunta era: ¿Dónde se reproducen todas estas aves?.
En enero de 2016, el gerente del programa de conservación, Gustavo Sánchez Ávila, descubrió un conjunto de 15 aves al norte de la reserva natural de Barba Azul durante una expedición apoyada por la Fundación Loro Parque Fundación. Con esta evidencia en la mano, Armonía se planteó la búsqueda en la zona norte.
El período de anidamiernto del guacamayo coincide con la temporada de lluvias de noviembre a abril de la región. Durante este tiempo, la sabana de Beni queda en buena parte inundada, lo que impide el tráfico rodado, por lo que la expedición de Armonía no tuvo más remedio que recurrir al caballo.
La expedición de febrero estuvo a cargo de Tjalle Boorsma, responsable de la Reserva Natural de Barba Azul de Armonía. Merced a este recorrido por la Sabana de Beni, se descubrieron cuatro nidos desconocidos de guacamayos de Garganta Azul al noroeste de los límites de la Reserva Natural.
Un paseo a caballo de 130 km condujo al equipo a las profundas praderas inundadas, donde se buscaron las islas forestales de la palmera Attalea princeps, comúnmente llamada motacú, muy estimada por los guacamayos barba azul, ya que se alimentan de los abundantes frutos disponibles en ella durante todo el año.
En la exploración se revisaron 31 islas forestales dominadas por Motacú, pero con escasos resultados. El gran descubrimiento ocurrió cuando descubrieron a dos guacamayos de garganta azul saliendo de un tronco de la palma Mauritia flexuosa, conocida vulgarmente como palma Real o palma Moriche, que crece en las sabanas inundables americanas.
Contrariamente a las creencias tradicionales, en lugar de la palmera Motacú, las aves fueron encontradas posándose troncos secos de la Mauritia flexuosa, troncos de difícil acceso, en zonas inundadas por las lluvias, cuyo relativo aislamiento podría ser la razón por la que los guacamayos eligen estos palos para alojar sus cavidades de anidamiento.
Para confirmar que los guacamayos de la Garganta Azul usaban estas cavidades para anidar, fue necesaria una espera de seis horas, hasta comprobar que el cauteloso par de guacamayos regresaba al nido.
Según informa BirdLife, un segundo nido fue descubierto más tarde en otro tronco seco de palma Real. A este sucedieron otros dos descubrimientos de nidos más en las palmeras de Totaí, Acrocomia aculeata.
Para Tjalle Boorsma, “encontrar los nidos en palma Real y Totaí era la pieza que faltaba para completar nuestras investigaciones. Ahora sabemos definitivamente que el guacamayo barba azul prefiere las palmeras Totaí y Real para anidar, y que los palos de palma muertos son idóneos, porque proporcionan un excelente punto de observación para controlar los alrededores”.
La bella cabeza del guacamayo Barba Azul. © Myles Lamon/BirdLife
La Asociación Armonía (BirdLife Bolivia) ha realizado un interesante trabajo de apoyo al guacamayo Barba Azul ©Tjalle Boorsma/Asociación Armonía
Tjalle Boorsma, escondido, controla el tronco seco de una palmera donde se halló un anidamiento de guacamayo. © Luis Miguel Ortega/Asociación Armonía