Madrid, marzo de 2006
El museo Thyssen-Bornemisza presentó su exposición número 18 de la serie de exposiciones Contextos de la Colección Permanente, con el título "Fra Angelico. La Virgen de la Humildad", sobre esta bellísima joya pictórica fechada entre 1433 y 1435
Esta tabla del maestro italiano está ubicada habitualmente en el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC) y ahora se presenta en Madrid, después de su participación en la exposición del Metropolitan Museum de Nueva York, dedicada a Fra Angelico, que conmemoró el 550 aniversario de la muerte del pintor.
La pintura de Fra Angelico está arropada por doce tablas, de altísima calidad, procedentes de la Colección Permanente del Museo y del depósito en el MNAC. Este último grupo, inscrito dentro del Trecento, resulta el más novedoso para los visitantes.
La muestra analiza dos imágenes con amplia difusión dentro de la historia del arte, dos tipologías que cuentan con buenos ejemplos de gran riqueza en las colecciones del Museo Thyssen-Bornemisza: la Virgen de la Humildad y la Virgen entronizada con el Niño. A estos dos temas se añaden antecedentes que ilustran la postura que adopta la Virgen de la Humildad, procedentes de las Adoraciones del Niño, así como otros episodios marianos que presentan a María como Reina de los Cielos.
Al nombre de Fra Angelico hay que unir los de los florentinos Cenni di Francesco y Lorenzo Monaco, el del sienés Giovanni di Paolo, así como los de otros artistas vinculados a estos focos artísticos como Bartolomeo Bulgarino, Niccolò di Tommaso y la interesantísima tabla, con una Virgen de la Humildad, de un pintor desconocido de órbita veneciana, fechada hacia 1360.
La Virgen de la Humildad
Esta tabla, datada al inicio del periodo de madurez del artista, es una de las obras maestras de la colección del Museo Thyssen-Bornemisza. La pintura que ha tratado de identificarse, sin éxito, con una pieza del Palazzo Gondi de Florencia, perteneció a la colección del rey Leopoldo I de Bélgica. Permaneció en la colección Pierpont Morgan de Nueva York, entre 1909 y 1935. A finales de este mismo año, el temple estaba ya en Villa Favorita. Tras la muerte del barón Heinrich Thyssen-Bornemisza, en 1947, la pintura pasó, por herencia, a su hija la Condesa Margrit Batthyány, siendo recuperada para la colección, en 1986, por el barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza.
Esta Virgen de Fra Angelico, ideada por sus proporciones para la devoción, reúne todas las características que hicieron célebre a este beato artista. La sencillez compositiva con la que presenta el tema, no es excusa para que pintor aplique en esta tabla los preceptos más innovadores vigentes en la pintura florentina del momento.
María, cubierta por una intensa mancha de azul con la que se ha construido su manto, destaca por un colorido vivo y puro al que hay que añadir la volumetría de la figura y el espacio que crea con su cuerpo y postura y que nos abre las puertas al Quattrocento. Los dorados de los halos, del paño de honor que sostienen los ángeles y de los adornos de los vestidos, más que un motivo vinculado a la tradición con connotaciones arcaicas, hay que interpretarlos como un enriquecimiento con el que Fra Angelico presenta al espectador a esta Madonna con Jesús.
El artista ha utilizado en esta obra algunos recursos con los que había experimentado en otras pinturas como es el caso del paño de honor con cuyos pliegues aumenta la profundidad. El pintor también nos hace llegar su mensaje a través del simbolismo de las flores al elegir las azucenas, alusivas a la pureza de María, junto a las rosas blancas y rojas que nos hablan de la Pasión que tendrá que afrontar el Niño.
Biografía de Fra Angelico (c.1395-1455)
Fra Angelico, cuyo nombre antes de tomar los hábitos era Guido di Piero da Mugello, nació cerca de Vicchio, hacia 1395-1400. Entre 1418 y 1421 ingresó en el convento de San Domenico de Fiésole, lugar donde el artista pasó la mayor parte de su vida y donde intensificó su producción artística.
En esta etapa temprana se inscriben sus trabajos como miniaturista junto a sus primeras obras dentro del campo de la pintura. Fra Angelico, en estos años, participó en reuniones capitulares y actuó como vicario en ausencia del superior del convento, alternando sus labores religiosas con otras de talante secular como su papel de juez valorando la calidad de las obras de otros artistas.
En agosto de 1441 Fra Angelico se encontraba ya en el convento de san Marco, en Florencia, lugar que había sido encomendado, en 1436, a la orden de dominicos donde procesaba. Para este edifico el religioso realizó, junto con sus ayudantes, unos cincuenta frescos decorando diversas estancias del recinto entre las que se encontraban las celdas de los frailes. Entre los temas que trató, y que estaban destinados a incentivar la piedad de los monjes de su comunidad, se encuentran episodios de la vida de la Virgen y de la de Cristo, entre ellos la Anunciación, la Coronación, la Oración en el Huerto, la Flagelación y varias crucifixiones.
Fra Angelico también trabajó en el Vaticano, llamado por el Papa Nicolás V. Para este pontífice decoró al fresco, entre 1447 y 1450, una capilla con escenas de las vidas de san Esteban y san Lorenzo con momentos como la Ordenación de san Esteban, san Esteban repartiendo limosna, san Esteban predicando, la disputa de san Esteban con el sanedrín o la ordenación de san Lorenzo. El artista murió en Roma, en 1455, siendo enterrado en la iglesia de Santa Maria Sopra Minerva.
Fra Angelico. La Virgen de la Humildad, c. 1433-1435. Colección Thyssen-Bornemisza, en depósito en el Museu Nacional d´Art de Catalunya (MNAC)