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El arte de Cartier en el Thyssen

Madrid, 17 de enero de 2013
En 1847 Louis-Franóois Cartier (1819-1904) era empleado en el taller de joyería de Adolphe Picard, en el número 29 de la Rue Montorgueil de París. Cuando el maestro Picard se trasladó a otro local, dejó al joven al cargo del negocio. Seis años después, Louis-Franóois Cartier se estableció por su cuenta cerca del Palais Royal.

El refinamiento de las joyas de Cartier, de inspiración antigua y clásica, no tardó en llamar la atención de una clientela elegante. La princesa Matilde, prima del emperador Napoleón III, llegó a ser cliente habitual de Cartier: los libros de cuentas de la compañía registran la adquisición por su parte de más de doscientas piezas.

En 1859 la emperatriz Eugenia de Montijo encargó un servicio de plata para el té. Ese mismo año, Cartier se trasladó al número 9 del Boulevard des Italiens, el nuevo barrio de moda. Alfred (1841-1925), hijo de Louis-Franóois, se hizo cargo del negocio en 1874. Paralelamente, el descubrimiento a finales de los años 1860 de yacimientos de diamantes en Sudáfrica tuvo un impacto enorme en el mundo de la joyería al proporcionar una repentina abundancia de piedras de gran calidad. Las joyas de ese periodo estaban montadas en guarnición de plata y oro, características de la época, y estaban inspiradas en el estilo Louis XV, también conocido como estilo Guirnalda, que alcanzó su punto culminante en 1890 y seguiría de moda hasta la Primera Guerra Mundial.

Para resolver el problema de oxidación de la plata, Cartier empezó a usar el platino, cuya maleabilidad, blancura y resistencia le permitieron realizar monturas etéreas que parecían encajes y guirnaldas de diamantes.

Desde 1983, Cartier ha ido reuniendo joyas, relojes y otros valiosos objetos en la Colección Cartier. Procedentes de coleccionistas privados o subastas, las más de 1.450 piezas de la colección han sido seleccionadas en función de criterios de estilo, pero también de los materiales de que están hechos o de las técnicas empleadas. Las piezas —que datan desde los años sesenta del sigo XIX hasta finales de la década de los noventa del siglo XX— constituyen un testimonio tangible de los 165 años de historia de Cartier y, más generalmente, de las artes decorativas y de la sociedad europeas a partir de finales del siglo XIX.

Tras una importante presentación en 1989, en el Petit Palais de París, la Colección ha sido expuesta en museos de renombre internacional. Para esta exposición, el Museo Thyssen­Bornemisza ha seleccionado cuidadosamente más de 400 piezas, agrupadas en seis bloques temáticos, que ilustran la evolución estilística de Cartier. La exposición incluye asimismo prestigiosos préstamos de la Familia Real española y del Palacio de Mónaco. En las paredes se proyectan bocetos, dibujos preparatorios y de producción procedentes de los Archivos Cartier, que ilustran el proceso creativo que dio lugar a esas piezas. Esos archivos se conservan actualmente en tres centros: París, Londres y Nueva York, y nos descubren el proceso creativo de cada objeto, desde su concepción en los talleres hasta el día de su venta. Además de los dibujos y bocetos, los archivos conservan fotografías en blanco y negro a tamaño real, excepcionales autocromos y moldes de yeso.

Una completa selección de las mejores piezas que la propia casa Cartier ha ido recomprando a lo largo de los años, para mostrar toda su producción y los diversos estilos artísticos en la primera mitad del siglo XX: desde las grandes tiaras y el estilo guirnalda de principios de siglo, a las piezas Modern Style, las obras de inspiración exótica (China, Egipto o India, como las famosas piezas Tutti Frutti), la joyería en oro de los años 1930 y 1940, o los exclusivos encargos para importantes personajes del siglo XX como Wallis Simpson, Grace Kelly, María Félix, Elizabeth Taylor o Coco Chanel.

Una gran exposición que ofrece la ocasión única de conocer la mejor colección de joyería del mundo, y admirar la creatividad y maestría de sus diseñadores y artistas joyeros desde hace más de cien años.

El arte de Cartier
Museo Thyssen-Bornemisza
Hasta el 17 de febrero de 2013
Salas Moneo. Sótano Primero. Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid

Retrato de familia de Alfred Cartier con sus tres hijos, Pierre, Louis y Jacques, en San Juan de Luz. 1922.

Retrato de familia de Alfred Cartier con sus tres hijos, Pierre, Louis y Jacques, en San Juan de Luz. 1922.

Broche Escarabajo Propiedad Cartier Londres, 1924

Broche Escarabajo Propiedad Cartier Londres, 1924

Collar Tutti Frutti. Propiedad Cartier París, pedido especial, 1936, modificado en 1963

Collar Tutti Frutti. Propiedad Cartier París, pedido especial, 1936, modificado en 1963

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