Madrid, 23 de noviembre de 2015
A medio camino entre lo artístico y lo documental, Josef Koudelka es hoy una leyenda viva. Esta exposición retrospectiva, la más completa hasta el momento dedicada al fotógrafo checo Josef Koudelka, reúne una selección de más de 150 obras, entre sus primeros proyectos experimentales (realizados a finales de los años cincuenta y durante los sesenta), así como sus históricas series Gitanos, Invasión y Exilios hasta llegar a sus paisajes panorámicos de los últimos años.
Ingeniero de profesión, Koudelka se comprometió con el medio fotográfico a mediados de los años sesenta para convertirse en uno de los autores con más influencia de su generación. La exposición de Fundación Mapfre repasa una trayectoria de más de cinco décadas de trabajo. 
A mediados de 1950 en Checoslovaquia, después de dos décadas de represión brutal, empieza a surgir una cultura juvenil de mentalidad abierta tras la muerte de Stalin. Koudelka deja su pueblo en Moravia para marcharse a la capital, Praga.
Koudelka no sólo inmortalizó esos años con su cámara, sino que los encarnó. Pasó largas temporadas en campamentos gitanos de Eslovaquia, fotografió compulsivamente a los actores de teatro durante sus ensayos y se mezcló con los manifestantes y los soldados en agosto de 1968 para captar la invasión de Praga por las tropas soviéticas.
Durante los años 1960, Koudelka trabajó para las más importantes compañías teatrales checas, Es entonces cuando desarrolla una nueva forma de fotografiar que implicaba la repetición y la visualización previa de la imagen. Trabajando rápidamente y cerca de los actores sobre el escenario mientras éstos ensayaban sus actuaciones, Koudelka se movía a su alrededor constantemente hasta que tenía en su imaginación la fotografía deseada. 
Koudelka empezó a fotografiar en aldeas y campamentos gitanos en 1961, un proyecto que definiría su carrera artística y daría lugar a su obra Gitanos. El fotógrafo hizo miles de fotografías de las que seleccionó unas pocas docenas de imágenes que tituló por su localización. Las composiciones (interiores, retratos individuales y de grupo, paisajes) conceden a sus sujetos espacio para ser ellos mismos al tiempo que mantienen una unidad absoluta gracias a la visión del fotógrafo.
En agosto de 1968, las fuerzas del Pacto de Varsovia comandadas por la Unión Soviética invaden Praga. Koudelka cargó su cámara Exakta Varex con película procedente de Alemania oriental y se echó a la calle para fotografiar sin descanso aquella ocupación devastadora. Trepando a los tanques, tropezando junto a los manifestantes con soldados armados con metralletas y fotografiando las innumerables pintadas y carteles en los muros de la ciudad, Koudelka se adentró en el corazón de la resistencia. Se estaba gestando una nueva era y sus fotografías se convirtieron en un poderoso recordatorio de cómo se había iniciado ese cambio. 
El fotógrafo pasó ese invierno editando sus fotografías y seleccionó apenas un puñado de entre miles de imágenes. Finalmente, los negativos se enviaron clandestinamente a Estados Unidos y con la ayuda de la agencia Magnum Photos, las imágenes de Koudelka se distribuyeron a periódicos y revistas de todo el mundo. Hasta 1984, cuando se exhibieron públicamente en Londres por vez primera bajo el nombre de Koudelka, estas imágenes se publicaron anónimamente, atribuyéndolas únicamente a «P.P.», iniciales inglesas de “Fotógrafo de Praga», por miedo a posibles represalias contra Koudelka y su familia.
En 1970, las autoridades checas ejercieron tanta presión sobre Koudelka que apenas le dejaban moverse. Cuando decidió escapar de Checoslovaquia le consideraron "traidor" y le quitaron la nacionalidad. A partir de ese momento en su documento constaba "nacionalidad incierta". Sus fotografías nos trasladan esta idea de no pertenencia: animales solitarios, figuras errantes en terrenos yermos. Koudelka nos describe el sentimiento de falta de un lugar propio y su interés permanente por los territorios en conflicto. 
Tras marcharse al exilio Koudelka siguió viajando y fotografiando, permitiendo que las congregaciones gitanas y los festivales populares y religiosos dictaran su rumbo. El viaje y los descubrimientos serán un estímulo permanente para la creatividad del fotógrafo.
Koudelka se estableció en París en los años 1980 y tras la caída del comunismo regresa a Praga en 1990.
Desde 1986 Koudelka ha utilizado el expansivo formato panorámico para mostrar territorios minados, arrasados, marcados por las cicatrices de la industrialización, devastados por los conflictos y alterados por el tiempo. Las fotografías panorámicas más recientes muestran los grandes restos de civilizaciones pasadas encontrados en yacimientos arqueológicos de veinte países, principalmente los que bordean el Mar Mediterráneo.
La exposición incluye importante material documental, maquetas, folletos, revistas de la época... que contribuyen a profundizar tanto en la obra como en el proceso creativo de este autor.
Checoslovaquia, 1960. Josef Kouldelka.
Eslovaquia (Jarabina), 1963. Josef Kouldelka.
Rumanía, 1968. Josef Kouldelka.
(Ciudadano checo sentado en la acera con una diana pintada en la chaqueta) ,1968. Josef Kouldelka.
Francia, 1976. Josef Kouldelka.