La exposición, con la práctica totalidad de la obra gráfica de Alonso Cano, presenta la mayor cantidad de dibujos del autor que se han expuesto conjuntamente hasta el momento. No faltan en la muestra ninguno de los conservados en las colecciones españolas y están presentes la mayor parte de los pertenecientes a colecciones del resto de Europa y Estados Unidos. La exposición cuenta además con un atractivo añadido al haberse incluido excepcionalmente en ella el magnífico lienzo del artista El descenso al limbo de Los Angeles County Museum, ejemplo único de desnudo femenino en el ámbito de la pintura española religiosa del siglo XVII.
Aunque el Prado es el principal depositario de dibujos del artista, con cuarenta ejemplares, la aportación de otras importantes colecciones del mundo –Museo del Louvre (París), Courtauld Institute Museum (Londres), British Museum (Londres), Hamburger Kunsthalle (Hamburgo), Galleria degli Uffizi (Florencia), The Universitiy of Michigan Museum Art (Michigan), Pierpon Morgan Library (Nueva York), Los Angeles County Museum (Los Ángeles), Biblioteca Nacional (Madrid), Instituto Valencia de Don Juan (Madrid), Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (Madrid), Museu Nacional d´Art de Catalunya (Barcelona) y colecciones particulares- ha permitido reunir los 103 dibujos expuestos en la muestra.
Pintor, decorador, escultor y arquitecto, Alonso Cano fue también uno de los dibujantes más prolíficos y sin duda el más sofisticado de su generación en España. Para dar cuenta de ello, tanto desde un punto de vista profano como erudito, la exposición se ha articulado en torno a seis secciones diferenciadas, cuatro temáticas: la imagen religiosa, los temas dominicos, el desnudo y el dibujo de arquitectura; y dos centradas en aspectos conceptualmente más complejos: las técnicas de dibujo de Alonso Cano y el problema de las atribuciones. Todas las secciones cuentan con sus correspondientes textos explicativos con la finalidad de que la muestra resulte interesante para cualquier amante del arte independientemente de su grado de formación al respecto.
Como no podía ser de otro modo en la España del Barroco, la temática religiosa está presente en la mayor parte de la producción gráfica de Cano con gran número de dibujos vinculados a su producción pictórica. Los temas relacionados con las vidas de Cristo y de la Virgen, así como un gran número de santos relacionados muy estrechamente con su actividad como escultor y diseñador de retablos, protagonizan este apartado de la muestra. No obstante, se pueden ver obras de este género en distintas secciones la exposición ilustrando los diferentes aspectos que en ellas se tratan.
La sección dedicada a los asuntos dominicos, resulta especialmente relevante por la singular calidad del conjunto de dibujos que se exponen aquí. Aunque pudiera ser que Alonso Cano realizara esta serie de dibujos como preparatorios para sus pinturas destinadas al claustro dominico de Santa Cruz de Granada, la tremenda diferencia de escala entre estos pequeños dibujos y los cuadros ulteriores sugiere una finalidad distinta para estos primeros que posiblemente fueron presentados como parte del contrato del encargo. Sea como fuere, este conjunto constituye un notable ejemplo de la pericia de Cano como dibujante.
El tema del desnudo, presente en muchas de sus obras de temática religiosa, merece una mención especial puesto que el interés de Alonso Cano en la representación de este tema, patente en sus dibujos, no tiene parangón en la obra de ningún otro de los artistas españoles de su tiempo. El estudio de la figura constituyó una característica especial del artista tanto en su obra gráfica como en su obra pictórica, como se aprecia en el lienzo Cristo sostenido por un ángel y sobre todo en la única pintura de Cano que excepcionalmente forma parte de la exposición: El descenso al limbo. La obra aporta –en forma de Eva- uno de los desnudos femeninos más importantes de la pintura española, sólo comparable en esa época con el de la Venus del espejo. Junto a ella, se exhibe el magnífico conjunto de dibujos de desnudo femenino que componen este apartado y que ponen de manifiesto el interés del artista por un tema, de honda raíz clásica, que entronca directamente con la pintura conservada en las Colecciones Reales y que Cano tuvo ocasión de contemplar durante su estancia en la Corte.
En cuanto a la sección dedicada a los temas de arquitectura, resulta significativo apreciar la diferencia entre sus dibujos arquitectónicos y los de los arquitectos constructores. Cano, que como arquitecto destacó sobre todo en el diseño de retablos aunque participara en mayor o menor grado en otro tipo de proyectos arquitectónicos, perteneció a una generación de artistas interesados por la arquitectura y preocupados por su renovación, lo que explica que en sus dibujos no encontremos la preocupación en torno a la exactitud y a los problemas prácticos propia de los dibujos de los constructores.
Respecto a las técnicas de dibujo empleadas por Cano, la exposición dedica una mención a cada una de ellas en el apartado destinado a las mismas. Si bien el artista utilizó preferentemente la pluma y la aguada a tinta, técnicas que le permitían mayor expresividad merced a la precisión de la línea conseguida mediante el uso de la pluma, y a la variedad de efectos pictóricos que permitían lograr las aguadas, el artista experimentó también con otras técnicas como lápiz, grafito, sanguina… con diferentes motivaciones y resultados.
La exposición dedica una última parte a tratar el difícil problema de las atribuciones, especialmente relevante en el ámbito del dibujo. Esta sección ahonda en la gran variedad de atribuciones de dibujos realizadas a Alonso Cano a lo largo de la historia. A este respecto, el comisario de la exposición, José Manuel Matilla, plantea la muestra como un punto de inflexión en el estudio del dibujo, que no se centre tanto en la etiqueta atributiva a un autor como en el estudio de las obras en sí mismas, como testimonios del proceso de trabajo de los artistas o expresiones de la sensibilidad de una época.
La exposición Alonso Cano dibujante estará abierta, del 3 de abril al 24 de junio, en la Sala de Dibujos (Norte) del Museo Nacional del Prado.