El comisario de la exposición, Ramón N. Prats, experto en tibetología, dijo en la presentación que se trataba de una de las mejores colecciones en esta materia, con obras recogidas en Europa y América.
La civilización tibetana tiene una notable singularidad. El aislamientos del País de las nieves o Techo del mundo contribuyó a generar una cultura con rasgos muy originales. La exposición Monasterios y lamas del Tíbet ofrece una visión conjunta de las creencias, la vida y la historia religiosa de este país remoto de Asia central a través del prisma de sus monasterios y personajes más significativos.
La muestra también resalta las peculiaridades del budismo tibetano, religión fruto de la fusión del buddihsmo tántrico o esotérico, de origen indio, y algunas de las creencias propias del bon, la religión autóctona prebudista.
La muestra, producida y organizada por la Fundación la Caixa, reúne una selección de obras maestras, piezas de gran valor artístico, atesoradas en los monasterios, templos y santuarios del país desde el siglo XII hasta el XVIII.
La entrada del Tíbet en el marco de la historia propiamente dicha se hizo de la mano del budismo, que en apenas un siglo se convertiría en la religión predominante, a expensas de las antiguas creencias y prácticas autóctonas, de matriz chamánica y animista, conocidas con el nombre global de bon o bonismo.
El Tíbet llegó a tener más de seis mil monasterios y templos, algunos de ellos auténticos poblados monásticos con millares de residentes. La caída de la monarquía, en el siglo IX, había dado paso a la fragmentación del país, que quedó en manos de los grandes señores feudales. Arrinconando definitivamente el bonismo en su propio país, las cuatro mayores escuelas religiosas y órdenes monacales budistas nacidas en el Tíbet fueron protegidas alternativamente por dichos señores feudales, hasta que en el siglo XVII la institución de los Dalai Lamas consiguió el poder absoluto, que conservó hasta la década 1950-1959, cuando el ejército chino ocupó el Tíbet. Durante este período los monasterios fueron los centros que retuvieron no sólo el poder religioso, sino también el económico y, en algunos casos, el poder político del país.
La ocupación china favoreció la diáspora humana y la dispersión de este legado artístico tibetano por todo el mundo.
Los textos tibetanos recuerdan que el Buddha Shakyamuni es el fundador del budismo, aunque son los lamas quienes, al fin y al cabo, se transmiten las enseñanzas que conducen a sus seguidores por el sendero de la liberación espiritual. Por este motivo, la exposición Monasterios y lamas del Tíbet se abre con una gran estatua de un lama. Se trata de Rechungpa (1084-1161), el discípulo principal del gran yogui, eremita y poeta místico Milarepa, una de las personalidades más carismáticas que ha dado el budismo tibetano.
La primera parte de la muestra recrea el ambiente de los monasterios, mediante una serie de piezas de notable calidad estética, en metal y pintura. Se trata de objetos rituales y litúrgicos, así como objetos complementarios de la vida monástica y religiosa en general
La segunda parte de la exposición reúne una selección de estatuas y estatuillas en metal –principalmente bronces dorados– de excepcional verosimilitud con los personajes históricos. Se trata de los grandes protagonistas del budismo, empezando por los arhats (los maestros canonizados del budismo original), a los que les siguen los mahasiddhas (los padres de la tradición tántrica del budismo indio) y, sobre todo, los lamas o maestros espirituales -regulares o laicos- de las escuelas iniciáticas del budismo tibetano.
La exposición concluye con una espléndida thangka (pintura enrollable) de la Rueda de las existencias en la que se representan las causa fundamentales del denominado ciclo transmigratorio o samsara, así como los diversos estados arquetípicos en los que todos los seres humanos continúan errando hasta que no alcanzan la emancipación del ciclo.
La muestra está abierta en la sede madrileña de la fundación, calle Serrano número 60, hasta el 21 de enero. Luego viajará a Murcia, la laguna, Coruña, Tarragona y Córdoba.
Panel de la puerta de un monasterio tibetano. Foto guiarte-la Caixa. Copyright