Con el pretexto de las bondades económicas e incluso sociales, valiosos territorios de la Cordillera Cantábrica y los montes de León se transforman en bosques de instalaciones eólicas, destrozando los valores paisajísticos y medioambientales, se polucionan costas africanas “regalando” la basura de los ordenadores y otros desechos electrónicos o se llena el orbe de instalaciones nucleares que ponen en peligro hasta la propia supervivencia del hombre...
Es el resultado de las visiones cortoplacistas, presiones económicas y hasta frutos de la corrupción.
El resultado es el daño al patrimonio, la merma de las posibilidades de futuro..
En España ha surgido de nuevo la polémica por una decisión del Consejo de Ministros que da vía libre a negocios petrolíferos de Repsol en el entorno de Canarias.
El fruto dramático de las prospecciones en aguas profundas tiene una referencia cercana en el golfo de México... Un desastre sería terrible para el turismo y la pesca, en definitiva para la vida económica de todo el archipiélago canario. No merece la pena el riesgo.
Defendamos el uso racional de energías limpias y planteemos un futuro en el que se concilie bienestar y explotación racional de los recursos.
