150.000 hectáreas quemadas al año, con incendios cada vez más grandes y mayores pérdidas económicas. Y el causante, el hombre.
De manera intencionada se saquean nuestros tesoros naturales, y en especial en las zonas del noroeste de España, de densa cubierta vegetal y cada vez más despobladas. Más del 40% de las emisiones de CO2 por incendios proceden de Castilla y León y Galicia, según señala WWF/Adena en su página web.
¿Quién incendia?. Hay tesis de todo tipo: búsquedas de pastos, objetivos de caza, intereses económicos de otro tipo... En los últimos incendios en León –8.000 hectáreas en menos de una semana- algunos grupos aludieron a la casualidad entre varios de los peores incendios y los pleitos perdidos por las eólicas para ocupar valiosos terrenos de gran interés medioambiental...
¿Quién gana esquilmando la naturaleza y matando a la fauna? ¿Es sólo obra de locos?...
Frente a la inoperancia para localizar a los terroristas del fuego, que atentan contra la riqueza natural del país, hay que acentuar la eficacia de la persecución de los delincuentes.
Se ha dicho estos días que en muchos núcleos se sabe quien es el pirómano, pero no se revela pos cierta “solidaridad” mal entendida.
Hay que fomentar la colaboración ciudadana para desenmascarar a los pirómanos. Con todo tipo de medidas. Una de ellas el establecimiento de voluminosos premios a quien ayude a localizar al pirómano. No es un despilfarro; España se ahorrará dinero deteniendo esta lacra ...y además será más sana y bella.
Miembros de la UME, en uno de los múltiples incendios registrados este verano en el noroeste español