Copenhague, diciembre de 2009
Y eso que el propio Obama intentó acordar algo más sustancioso con otros grandes protagonistas del encuentro, especialmente con China. Al final unos compromisos de intenciones, un aplazamiento de los objetivos de reducción de emisiones para el año que viene, ausencia de acuerdos para una transparencia internacional de las politicas de emisiones...
Los líderes de organizaciones conservacionistas han sido unánimes al calificar el texto aprobado de confuso e inservible para lograr una acción efectiva contra el cambio climático.
Los políticos de todo el mundo están de acuerdo en que hay que permanecer por debajo del umbral peligroso de los 2º C. Sin embargo, WWF ha calculado que el texto aprobado en Copenhague permitirá que la temperatura suba más de 3º C.
Aunque el Acuerdo de Copenhague está siendo denominado por algunos como un paso positivo, Greenpeace considera que no lo es. No contiene medidas firmes para reducir las emisiones en los países en desarrollo. Es una gran concesión a las industrias contaminantes.
Según la organización ecologista, hay unos pocos puntos aceptables en el acuerdo ya que contiene el establecimiento de un nuevo Mecanismo de Financiación Climático y acuerda la necesidad de financiación a largo plazo, para permitir que los países empobrecidos protejan sus bosques, apliquen medidas para reducir sus emisiones de CO2 y puedan adaptarse a los impactos del cambio climático.
No obstante, en general se cree que los líderes del mundo han dejado pasar una oportunidad. La Cumbre pasará más a la historia por las detenciones y algaradas que por sus avances en la lucha contra las emisiones contaminantes. Una pena.
Los políticos hablan, los líderes actúan. Activistas de Greenpeace en la Cumbre. Foto Greenpeace