La exposición está abierta desde mediados de septiembre hasta el 30 de noviembre y recoge, a través de piezas artísticas procedentes de los más prestigiosos museos, las manifestaciones de la deidad en las diferentes religiones y culturas. Una de las piezas más célebres es el austero Cristo de Zurbarán, pero también hay otras muchas muestras pictóricas o escultóricas de otras culturas.
Cuando fue presentada, el comisario del proyecto, José María Díaz, canónigo archivero de la catedral de Compostela, dijo que muestra el impulso del hombre por plasmar, de alguna manera, lo trascendente.
Para ello, los organizadores han reunido 185 piezas cedidas por museos como el Prado, el Louvre, el Linden-Museum Stuttgart, el Arqueológico de Milán o el de Antropología de Madrid.
Piezas de las civilizaciones egipcia, babilónica, romana, iraní, azteca o inca permiten ver cómo se ha evolucionado en la utilización de simbologías naturales para representar a la divinidad, primero la naturaleza y los animales, luego el antropomorfismo. También se ve cómo alguna religión, el Islam, por ejemplo, prescindió de representar la imagen de Dios.
El comisario también explicó la razón de que algunas piezas sean copias, especialmente las iraníes. Tras una mediación personal del presidente gallego, Manuel Fraga, demandando determinadas obras, el ministro de Exteriores de Irak, Tarek Aziz, escribió al mandatario gallego que, pese a su interés en ceder las piezas originales, temía que fuesen embargadas, por lo que envió como regalo a la ciudad, las réplicas de las obras solicitadas.
El comisario de la muestra señaló que, en síntesis, "Los rostros de Dios" intenta un diálogo "religioso e intercultural", necesario especialmente en estos momentos en que la emigración continúa siendo un fenómeno social de gran trascendencia en España.
La exposición tiene como marca el magnífico Monasterio de San Martín Pinario de Santiago, uno de los mayores edificios artísticos de la capital de Galicia.
Una dramática visión antropomorfica del rostro de Dios, en Zurbarán
Los egipcios integraron representaciones antropomórficas y animales.