Madrid, 12 de junio de 2017
La pintura veneciana del siglo XVI será la protagonista de la exposición del verano en el Thyssen. Retratos, pastorales, temas mitológicos y religiosos de artistas como Tiziano, Tintoretto, Veronés o Lotto permitirán descubrir la evolución del género, desde la importancia del color y la observación del natural a través de la imagen del poder y la belleza como argumentos, hasta la destrucción de la pincelada y el color en las obras de los últimos años.
Con casi un centenar de obras procedentes de importantes colecciones y museos, la exposición del Museo Thyssen-Bornemisza presenta obras de genios de la talla de Tiziano, Tintoretto, Veronés, Jacopo Bassano, Giorgione o Lotto, y demuestra cómo los medios específicos de la pintura veneciana plantearon una idea de belleza plenamente renacentista al mismo nivel, e incluso superior, a lo que se hacía en Roma, Parma o Florencia.
La muestra, que podrá verse del 20 de junio al 24 de septiembre de 2017, aborda la presentación de este foco artístico, esencial para la comprensión de la historia de la pintura, desde una meditada selección de temas ejecutados por los maestros que le dieron fama universal. Para ello se nutre de un extraordinario conjunto de pinturas, esculturas, grabados y libros, procedentes de instituciones como la Galleria dell ́Accademia de Venecia, el Museo Nacional del Prado de Madrid, la Fondazione Accademia Carrara de Bérgamo, el Palazzo Pitti de Florencia, el Kunsthistorisches Museum de Viena, la Galeria degli Uffizi de Florencia, la Biblioteca Nacional de España, el Musée du Louvre de París o la National Gallery de Londres.
Triunfo de la belleza
Tras siglos con la mirada fija en Oriente, la caída de Constantinopla a manos de los turcos en 1453, la derrota de la Serenissima Repubblica en Agnadello en 1509 contra las fuerzas de Luis XII de Francia y el desplazamiento de las rutas comerciales con el descubrimiento de América en 1492, cambiaron la geografía política, económica y comercial de Europa.
En lugar de resignarse a quedar en una posición periférica, Venecia comenzó un despertar artístico que la convirtió en la principal alternativa a los paradigmas estéticos florentinos y romanos encabezados por Rafael Sanzio y Miguel Angel Buonarrotti. Mientras la corriente clásica o toscano-romana se caracterizaba por una mayor consideración hacia lo intelectual a través del dibujo, concebido previamente en la mente, los artistas de la escuela veneciana eran superiores en el manejo del color y de los valores visuales y sensuales de la pintura.
Pero el momento clasicista duró poco. En las obras tardías de Tiziano, Tintoretto, Veronés y Bassano, se aprecia cómo estos artistas experimentaron un viraje hacia un tipo de pincelada suelta, de manchas o borrones, que cuestionaba por completo la idea de la belleza renacentista basada en la idealización de la realidad.
Esta técnica dotaba de mayor expresividad y vida a las figuras y los paisajes, a la naturaleza, algo típico del Barroco. De ahí era fácil pasar a la exaltación de los elementos dramáticos de la imagen, frecuentes en la pintura de Jacopo Bassano, Tintoretto y sobre todo de Tiziano.
La técnica de la pintura veneciana llevaba en sí el germen de su autodestrucción. Buena parte de los autores que desarrollaron ese concepto de belleza idealizada concluyeron su carrera con pinturas en las que el violento claroscuro y los borrones alcanzaron un protagonismo total, hasta el punto de discutirse si se trata de obras terminadas o no. El dramatismo de las temáticas abordadas, unido a la autoconciencia de un momento que se vio a sí mismo como “ocaso del Renacimiento” y fin de una época, hicieron el resto. 
El Renacimiento en Venecia. Triunfo de la belleza y destrucción de la pintura
Del 20 de junio al 24 de septiembre de 2017
Museo Thyssen-Bornemisza
Paseo del Prado, 8. Madrid
Dos ninfas en un paisaje. Palma el Viejo. Jacopo Negretti. 1513-1514.
San Juan Bautista predicando. Veronés. Paolo Caliari. Hacia 1562.
Retrato del Procurador Jacopo Soranzo. Tintoretto. Jacopo Robusti. 1550-1551.
Retrato de una mujer. Tiziano. 1536.