Madrid, 15 de julio de 2015
La exposición. organizada por la Fundación Lázaro Galdiano, traza un recorrido que nos lleva a conocer títulos que inspiraron a Cervantes a la hora de crear su novela de caballería, así como extraordinarias ediciones del Quijote, reflejo de la pasión que sintió José Lázaro por la obra. Finalmente, se analiza a los lectores del Quijote, centrándose en las últimas décadas del siglo XIX y principios del XX, con escritores como Miguel de Unamuno, que publicó «Sobre la lectura e interpretación del Quijote», o el Doctor Thebussem quien tuvo una larga trayectoria de publicaciones sobre Cervantes y el Quijote.
La muestra comienza con el Amadís de Gaula, representación de las novelas de caballería que enloquecieron a Alonso Quijano. Asimismo, se expone en este apartado una representación de otros géneros que el cura y el barbero salvaron del «donoso y grande escrutinio» que hicieron en la librería de don Quijote: desde Los diez libros de la Fortuna de Amor de Antonio de Lofraso y El pastor de Philida de Luis Gálvez de Montalvo, hasta el Orlando furioso de Ludovico Ariosto o La Austriada de Juan Rufo. El Quijote de Avellaneda cierra este primer ámbito dedicado a recordar las lecturas de Cervantes.
Después, el visitante pasa a contemplar algunas de las ediciones que atesoró José Lázaro Galdiano del Quijote. En la colección existen varios ejemplares de las ediciones de 1505, de una de las de Lisboa, de la segunda de Madrid, de la de Valencia y en algún caso copias por duplicado, como la de Bruselas de 1607 o la Milán de 1611, prueba de la buena acogida por parte del público de la obra. También se encuentra la madrileña de Juan de la Cuesta, de 1608, tal vez corregida por Cervantes, y la primera edición de la Segunda parte, impresa en 1615, con una estructura literaria más cuidada, y con la que seguramente se pretendía demostrar quién era el verdadero autor, pues el año anterior se había publicado el segundo tomo Alonso Fernández de Avellaneda.
Además, se exponen otras ediciones del siglo XVII, entre ellas la primera en italiano. Así como la primera edición en castellano ilustrada, publicada en Bruselas por Jean de Mommarte en 1662 con láminas de Frederic Bouttats. En el siglo XVIII se da un nuevo tratamiento editorial al Quijote, convirtiéndose así en un clásico de la literatura universal, por lo que en la colección de José Lázaro no podía faltar el Quijote de la Academia, de 1780. El recorrido concluye con las ediciones del siglo XIX, cuando nace el «cervantismo» y la edición de bibliófilo. Una de las más notables es la de Tomás Gorchs, de 1859, que se muestra junto a un dibujo original de Urrabieta Vierge, ilustrador del Quijote y de otras obras editadas en tiradas limitadas en torno a 1900.
Leer y leer: lecturas de Cervantes y lectores del Quijote
Hasta el 14 de septiembre
Museo Lázaro Galdiano
Don Quijote de la Mancha (1605), de Cervantes. Fundación Lázaro Galdiano
Segunda parte del Quijote (1617), de Cervantes. Fundación Lázaro Galdiano
Orlando furioso (1568), de Ariosto. Fundación Lázaro Galdiano.
Libro IV de Amadís de Gaula. Fundación Lázaro Galdiano.