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Nuevos paraísos de la cotorra



Madrid, 16 de noviembre de 2015
La popular “cata” como se le denomina vulgarmente en su país de origen, habitaba antaño en el centro y sur de Argentina, pero se ha ido expandiendo, en gran medida siguiendo los procesos del urbanismo globalizado, adaptándose y beneficiándose de la presencia del hombre.

Este pequeño loro, de unos 30 centímetros de largo, plumaje de verde brillante, alas verdes azuladas, garganta y pecho grises, pasó de su núcleo original a Brasil, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay; continuó por la América norteña –México, Estados Unidos y Canadá- para pasar a Europa, conde ya es muy abundante en las riberas del Mediterráneo, en especial Italia, Francia y España.

La expansión mundial va de la mano del comercio de mascotas. Llegan a la casa de un aficionado a las aves y bien por accidente, negligencia o la voluntad del dueño, acaban ganando los espacios libres urbanos, donde se expanden y multiplican.

En Europa se detectaron poblaciones establecidas en numerosos países desde principios de la década de 1930. Las primeras observaciones de cotorra argentina en libertad en España datan de 1975 en la ciudad de Barcelona, seguida de las ciudades de Málaga y Tenerife en 1978. A partir de 1985 se observó un incremento generalizado de las observaciones por gran parte de la geografía española. 

SEO/BirdLife acaba de hacer público el censo de cotorras argentinas en España, y en virtud de este se estiman en torno a los 20.000 los ejemplares existentes en más de 450 municipios. Las provincias con mayor número de ejemplares son Madrid, Barcelona y Málaga.

Las poblaciones están repartidas por numerosos núcleos urbanos del centro y este de la Península Ibérica, aunque hay pequeños núcleos reproductores en otros lugares.

Tanto en Madrid como en Barcelona se estima que existen algo más de 2000 nidos, con un número de animales de 5.500 a 6.600. Málaga seguiría en este censo, con unos 800 nidos y más de 2.000 ejemplares. Valencia, Murcia, Zaragoza y Cádiz son las provincias que le siguen en población, todas con más de 100 nidos.

El censo estima en concreto que hay al menos de 16.531 a 18.693 ejemplares.

En España, como en buena parte de Europa, se considera a la cata como una especie “exótica invasora” por sus posibles afecciones a las especies de fauna autóctona de cada país, y por originar daños en la vegetación y en la agricultura. En el caso español, las cotorras compiten en su nicho ecológico con las urracas y los mirlos.

Según el Decreto que regula el Catálogo español de especies exóticas invasoras, la cotorra argentina está incluida entre las especies cuya posesión, transporte, tráfico y comercio están prohibidos. Además se permite su caza.

La organización conservacionista WWF afirmó hace un año que en España, cada se abandonan anualmente 200.000 animales, causando un grave perjuicio a la naturaleza y a la sociedad. Si además, dicho abandono es de especies exóticas invasoras, el daño es aún mayor, porque algunas especies nativas, al no haber evolucionado en contacto con estas nuevas especies, no pueden competir con ellas, por lo que son desplazadas...

Cotorra argentina, una especie en expansión por todo el mundo. Imagen de SEO/BirdLife

Cotorra argentina, una especie en expansión por todo el mundo. Imagen de SEO/BirdLife

La expansión mundial de la "cata" va de la mano del comercio de mascotas.

La expansión mundial de la "cata" va de la mano del comercio de mascotas.

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