Yaoundé, Camerún, 10 de mayo de 2013. guiarte.com
La banda criminal atacó el lunes pasado este espacio único de elefantes del bosque, conocido por "pueblo de elefantes", un claro donde diariamente se reúnen de 50 a 200 efectivos para tomar nutrientes presentes en las arenas. WWF indicó que allí se han encontrado al menos 26 cadáveres de elefantes.
Cuatro de los elefantes muertos eran jóvenes y las fuentes informantes comentaron que en el lugar había pobladores locales comenzando a llevarse la carne de los cadáveres.
El pasado lunes, según fuentes de la WWF, una banda de 17 individuos armados entró en el Parque Nacional Dzanga-Ndoki y se dirigió a Dzanga Bai. Este enclave está en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco, incluido en el Sitio trinacional de Sangha, ubicado en la cuenca norocidental del río Congo, en el punto de confluencia de las fronteras del Camerún, la República del Congo y la República Centroafricana
El sitio de la UNESCO incluye tres parques nacionales contiguos que totalizan una superficie de más de 750.000 hectáreas, donde las actividades humanas apenas han alterado la naturaleza. Cuenta con una vasta gama de ecosistemas de bosque tropical húmedo, y también con una flora y fauna muy ricas. Esta última comprende especies como el cocodrilo del Nilo y un gran predador: el pez tigre Goliat. En los claros de bosque crecen especies herbáceas, y la región de Dzanga alberga una población considerable de elefantes de bosque, así como gorilas de las planicies occidentales (en grave peligro de extinción) y chimpancés (una especie también amenazada).
Las fuentes informantes han manifestado que tras la marcha de los furtivos, el lugar parecía un cementerio de elefantes. El área se considera aún insegura y se teme que las matanzas puedan continuar.
Jim Leape, Director General de WWF Internacional, dijo que la República Centroafricana debe actuar inmediatamente para proteger "este único sitio Patrimonio de la Humanidad. La violencia brutal que estamos presenciando en Dzanga Bai amenaza con destruir uno de los grandes tesoros naturales del mundo"
Tambien afirmó que la comunidad internacional debe actuar para salvaguardar la población y su patrimonio natural. El dirigente de WWF afirmó que la matanza de Dzanga Bai debe impulsar a los Gobiernos de China y Tailandia para actuar en sus compromisos para cerrar los mercados de marfil.
Los acontecimientos en Dzanga Bai son un dramático recordatorio de la amenaza que enfrentan los elefantes del bosque en África Central. Las poblaciones de esta especie se han desplomado 62 por ciento en los últimos diez años.
Escalada de las matanzas de elefantes
El Secretario General de CITES (Convención sobre el comercio internacional de especies amenazadas de fauna y flora silvestres) ha demandado también una acción urgente para proteger a los elefantes del Parque Nacional Dzanga-Sanga ante las acciones de grupos armados.
John E. Scanlon expresó su profunda preocupación por los recientes informes sobre las condiciones de deterioro en la República Centroafricana, donde están actuando bandas criminales que tratan de cazar los elefantes del bosque que se hallan en un territorio Patrimonio de la Humanidad ubicado en la esquina sudoccidental del país en el límite con Camerún y la República del Congo.
La Secretaría de la CITES ha instado a todos los gobiernos de la zona y de las Naciones Unidas y a otros organismos internacionales a tomar medidas urgentes para prevenir la matanza de la población de elefantes que viven en el parque. CITES argumenta que es muy preocupante la noticia, ya que refleja una nueva tendencia en el continente africano, donde los cazadores furtivos fuertemente armados con armas sofisticadas diezman la fauna de forma sistemática, amenazando incluso a áreas como ésta relativamente protegida y controlada.
El mes pasado el parque ya había sufrido repetidos ataques y fueron saqueados de los edificios de la administración.
CITES informó a la 16 reunión de la Conferencia de las Partes en Bangkok, en marzo pasado, del aumento de los incidentes de caza furtiva en los sitios del patrimonio mundial en África. En agosto de 2012, la Secretaría inició conversaciones con la UNESCO para explorar áreas de cooperación, en particular con respecto a la caza furtiva de elefantes y el comercio ilegal de marfil.
Informes de los Estados del área están mostrando un aumento progresivo de la matanza ilegal de elefantes y rinocerontes africanos y el comercio ilegal relacionado en marfil y cuernos de rinoceronte.
Datos recopilados de la CITES confirman el continuo aumento de los niveles de matanza ilegal de elefantes desde 2006. En el año 2011 se alcanzaron los más altos niveles de caza furtiva desde que los registros se comenzaron a elaborar en 2002. Estos resultados son compatibles con la información disponible en otros informes, que coinciden en señalar que la cantidad de marfil confiscado ha seguido aumentando hasta alcanzar niveles máximos.
Las grandes masacres
Las grandes cifras de masacres de elefantes por el marfil están siendo cada vez más preocupantes, con participación del crimen organizado y en algunos casos de milicias rebeldes armadas. Por ejemplo, en el Parque Nacional de Bouba N'Djida, en el norte de Camerún, 450 elefantes murieron a manos de grupos rebeldes de Chad y Sudán en febrero de 2012. El marfil se utiliza, al parecer, para financiar la compra de armas y municiones. Entonces, el Gobierno de Camerún desplegó hasta 150 soldados en el Parque Nacional en apoyo a los guardaparques para poner fin a la matanza ilegal.
Otro ejemplo de este tipo de caza furtiva planificada fue la matanza ilegal de 22 elefantes en el Parque Nacional de Garamba, República Democrática del Congo en abril de 2012. Al parecer los criminales dispararon desde un helicóptero, llevándose inmediatamente el marfil.
La capacidad de los guardaparques ha sido superada por la acción y los recursos de las bandas criminales. El aumento de los niveles de caza furtiva en todas las subregiones de África demanda una acción enérgica que no solo afecta a los países y organizaciones, sino a una colaboración conjunta de las partes que van desde la defensa de los recursos, in situ, a las acciones en marcos legales.
Elefante de bosque muerto por furtivos, inspeccionado por guardias del Parque Nacional Dzanga-Ndoki, república Centroafricana. © Martin Harvey / WWF-Canon
Elefante del bosque (Loxodonta africana cyclotis) en el Dzanga-Ndoki National Park, República Centro Africana © WWF-Canon / Martin Harvey
La zona de Dzanga Bai ha quedado sembrada de cadáveres de elefantes. WWF