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Faros de Francia

París julio de 2008
En el límite de unas rocas o en el extremo de un cabo, siempre en un lugar avanzado, los faros marcan el paisaje costero de Francia.

Este patrimonio data principalmente de mediados del siglo XIX, pero en ocasiones los emplazamientos se utilizan desde hace 300 años. Por ejemplo, el cabo Fréhel, a 15 km de Pléneuf-Val André (Bretaña), cuyo faro construido en 1950 alcanza los 103 metros de altura, sustituye el “fuego” estratégico ya implantado bajo Vauban y Luis XIV, en un magnífico lugar natural de landas y acantilados. Mucho más modesto y discreto, el faro de piedra de Ploumanach' emerge del célebre caos de bloques de granito rosa, alrededor de Perros-Guirec. Por ello es un lugar famoso y muy fotogénico.

También en Bretaña, a 30 km de Bénodet, el faro de la punta de Penmarch culmina a 60 metros, desde 1897. Esta construcción lleva un nombre más bien curioso para esta región, al ser bautizado "faro de Eckmühl" en homenaje a la mujer que lo mandó construir. En efecto, fue financiado por la heredera de un aristócrata francés, que tenía un título de nobleza de la región de Baviera, en Alemania.

Señalando la entrada del mar interior de Arcachon, el faro del cabo Ferret se yergue hasta los 47 metros, en medio de casas y pinares. Pero se afirma como uno de los escasos belvederes de este litoral arenoso y forestal, rivalizando tan sólo con el relieve natural de lugar: la gran duna de Pyla.

De igual modo, el faro del Espiguette, cerca de Grau-du-Roi, surge con ostentación de las arenas y llanuras de la Camarga.

Las torres genovesas

En Córcega, una sorprendente colección de venerables torres de piedra, solitarias, atraen la atención. Bien conservadas o en ruinas, redondas o cuadradas, más de 60 resisten desde el siglo XVI, al final de cada cabo y promontorio, a menudo perdidas entre una naturaleza salvaje.

Estas torres que se denominan “genovesas” porque fueron construidas en la época de la dominación de la república de Génova, servían de vigías a las poblaciones insulares.

Los vigilantes alertaban a la población de la llegada de piratas “berberiscos” y todo el mundo se refugiaba en las montañas para evitar el pillaje. Como la de Capitello, cerca de Ajaccio, las torres fueron construidas siguiendo el mismo modelo (15 metros de alto, cuatro pisos para seis guardianes) y repartidas en el conjunto de la costa. Un verdadero camino de Garbancito que puede inspirar al aficionado al senderismo a orillas del mar o a los navegantes en un crucero por el litoral

Faro Biarrits. Turismo de Francia

Faro Biarrits. Turismo de Francia

Faro Ploumanac´h. Turismo de Francia

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Faro Revellata. Turismo de Francia

Faro Revellata. Turismo de Francia

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