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¿Dolce Vita? Del Liberty al diseño italiano



París, 18 de junio de 2015
En la Italia de comienzos del siglo XX, las artes decorativas son herederas de una importante tradición artesanal y artística, y se convierten en las protagonistas del afán de progreso de una nación que acaba de hallar su unidad.

En un contexto histórico de lo más sombrío y difícil, ebanistas, ceramistas y cristaleros trabajan en colaboración con los más grandes artistas, para crear un “estilo italiano” que influenciará el nacimiento del diseño moderno.

Desde los excéntricos muebles de Carlo Bugatti hasta las sorprendentes sillas de Marcello Piacentini, pasando por los extravagantes objetos de los Futuristas, el diseño italiano evoca una alegre creatividad y una capacidad de invención sin límites.

El Museo D`Orsay presenta una exposición extraordinaria que analiza, mediante un recorrido cronológico de un centenar de obras, la evolución de las artes decorativas en Italia, desde el estilo Liberty, pasando por los pintores divisionistas, el futurismo y el posterior regreso al clasicismo, hasta llegar al severo lenguaje del Novecento y finalmente al nacimiento del diseño moderno.

Liberty
En Italia el Art Nouveau adopta del nombre de Liberty. A comienzos del siglo XX, en un clima de optimismo propiciado por el acceso al poder del liberal Giolitti, se inaugura en Turín la primera Exposición Internacional de las Artes Decorativas Modernas. En ella, Carlo Bugatti presenta muebles cubiertos de pergamino, Eugenio Quarti se distingue por la ligereza de su mobiliario incrustado de hilos metálicos y nácar y Alessandro Mazzucotelli expone obras inspiradas por la naturaleza.

Identidades regionales marcadas

Las fuertes identidades de las regiones italianas generan talentos y estilos originales, con frecuencia inspirados por las tradiciones locales.

En Venecia Vittorio Zecchin destaca en su actividad de artista-artesano. Personalidad ecléctica, se dedica no solo a la pintura, sino también a la creación de muebles, tapicerías, mosaicos, en un estilo que mezcla inspiraciones bizantinas e influencias de la Secesión vienesa. En 1914, realiza un suntuoso ciclo decorativo sobre el tema de las Mil y Una Noches, considerado la obra maestra del Liberty veneciano.

En Florencia, el pintor y ceramista Galileo Chini desarrolla un estilo Liberty autónomo y original influenciado por el Renacimiento, y en el que aúna formas y técnicas innovadoras.

En Faenza, Domenico Baccarini aporta a este nuevo lenguaje un toque poético en sus creaciones en loza.

Cerrada tras sus murallas, Roma es una capital tradicionalista en la que los artistas exploran, inspirándose de la naturaleza. Duilio Cambellotti y su alumno Alberto Gerardi transforman este paisaje ancestral poblado de búfalos, borregos y pastores, en objetos modernos.

El arquitecto siciliano Ernesto Basile, junto con el ebanista Vittorio Ducrot, recupera la herencia árabe-normanda de Sicilia, mezclada con el Art Nouveau internacional.

Reconstrucción futurista del universo
Este movimiento de vanguardia fundado por el poeta Filippo Tommaso Marinetti en 1909 representa el deseo de renovación extendido entre los jóvenes artistas y propone una nueva estética basada en la apología del progreso y de la velocidad.

Giacomo Balla, Umberto Boccioni, Carlo Carrà, Luigi Russolo y Gino Severini expresan en su pintura la voluntad de “plasmar y de magnificar” los “milagros de la vida contemporánea”, y de representar el dinamismo de esta nueva pintura que capta la eterna velocidad omnipresente.

Metafísica
En 1917 nace, en pleno conflicto mundial, la corriente Metafísica, “un sueño disfrazado de la Antigüedad”. Con la Metafísica, la pintura italiana reanuda el diálogo con el arte clásico. Las referencias al mito clásico prefiguran esta nueva poética y constituyen el elemento central de la obra de artistas como los hermanos Giorgio y Andrea de Chirico.

El mito clásico explora el sentido oculto y profundo de las cosas, a través de asociaciones inesperadas y encuentros poéticos entre objetos sin vínculo lógico.

Una sensibilidad similar se desarrolla en el mismo momento en las Artes Decorativas. Las cerámicas de Gio Ponti se caracterizan por una visión encantada, en la encrucijada entre inspiración clásica y gusto Deco, mientras que un cambio de aires emana de las creaciones en vidrio de Buzzi y Martinuzzi, para Venini.

Felice Casorati diseña muebles, ornamentación, y cuadros en una simplificación de las formas que se inspira de la lección de los maestros primitivos del Trecento y Quattrocento italiano.

Novecento, clasicismo moderno
En la mitad de la década de 1910, numerosos artistas redescubren los valores de la tradición y de los maestros antiguos como Giotto o Piero della Francesca. Este “regreso al orden” se generaliza por toda Europa.

En 1922, nace el movimiento Novecento Italiano. Los pintores Sironi, Funi y Oppi (primeros en integrar esta corriente) se orientan hacia el pasado para crear un “clasicismo moderno” basado en la pureza de las formas y la armonía de la composición.

Gio Ponti, figura relevante de las Artes Decorativas en la década de 1920, reinterpreta a través de su arquitectura modelos arcaicos, e inventa centenares de motivos decorativos que revisitan la mitología clásica de forma humorística.

En Murano, Paolo Venini confía la dirección de su cristalería a artistas y arquitectos como Zecchin, Martinuzzi y Scarpa. Crean formas puras, de inspiración clásica, pero también técnicas de fabricación inéditas.

La producción de muebles se caracteriza por formas sólidas y simplificadas (como en el mobiliario de Portaluppi para la familia Corbellini), adoptando a veces acentos grandilocuentes.

De forma paralela al lenguaje del Novecento, la década de 1920 ve desarrollarse el Realismo mágico, una interpretación original del clima de regreso al clasicismo. Entre los principales representantes de esta corriente, encontramos Felice Casorati y Antonio Donghi, autor de escenas burguesas sumergidas en una dimensión estátia y extraña. 

Abstracción y racionalismo, hacia el diseño industrial
En 1926, un grupo de jóvenes arquitectos lombardos adquiridos a las teorías de Gropius y de Le Corbusier funda el “Gruppo 7”, naciendo así el movimiento racionalista italiano.

Pronto, arquitectos de toda Italia se adhieren a esta nueva corriente en la que destacan los muebles de formas depuradas, desprovistas de ornamentación y en el que se utilizan nuevos materiales inspirados en la industria y en la producción en serie.

En Como, Terragni diseña un monumento, símbolo del movimiento moderno: la Casa del Fascio (“Casa del fascismo”); los artistas abstractos Manlio Rho y Mario Radice colaboran en su decoración.

El arte abstracto y la arquitectura racionalista proporcionan las bases del diseño industrial. Entre los ejemplos más significativos de este periodo de transición, encontramos objetos innovadores como el Mueble radio de Franco Albini y la vanguardista Lámpara “Bilia” de Gio Ponti, diseñada en 1931.

¿Dolce Vita? Del Liberty al diseño italiano (1900-1940)
Hasta el 13 septiembre 2015
Musée d'Orsay

Giovanni Segantini. El amor en las fuentes de la vida. 1896

Giovanni Segantini. El amor en las fuentes de la vida. 1896

Vittorio Zecchin. Las Mil y una noches. Hacia 1914

Vittorio Zecchin. Las Mil y una noches. Hacia 1914

Galileo Chini. Jarrón con plumas de pavo real y pequeñas esferas. Hacia 1910

Galileo Chini. Jarrón con plumas de pavo real y pequeñas esferas. Hacia 1910

Fortunato Depero. Cabalgata fantástica. 1920

Fortunato Depero. Cabalgata fantástica. 1920

Napoleone Martinuzzi. Ánfora "pulegosa". 1925-1927

Napoleone Martinuzzi. Ánfora "pulegosa". 1925-1927

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