Madrid, 03 de noviembre 2009
La obra de Antonio Saura denuncia el “griterío demente” que albergó la llegada de la obra más emblemática de Pablo Picasso a España, su posterior instalación en el Casón del Buen Retiro en Madrid, y su traslado al Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en 1992.
Con ironía y humor el autor vuelca en el libro su vehemente rechazo por la ignorancia cultural de España e incluso por sí mismo: “Desprecio al pintamonas en ejercicio Antonio Saura, admirador de Picasso”, al tiempo que alaba al pintor malagueño: “Detesto esta letanía, que debiendo haber sido un réquiem para el caduco Guernica puede tomarse para muchos como en encendido elogio frente a su resurrección en la blancura.”
Contra el Guernica, editado conjuntamente por Archives Antonio Saura, Ediciones La Central y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, sale al mercado tal como fue publicado por Ediciones Turner en 1982, e incluye Réquiem para el Guernica, redactado para Il giornale dell’arte y El País en 1992, y La règle du jeu en 1993. Además, se incluye un artículo Para salvar el Guernica, publicado en El País en 1997 y, posteriormente, en Crónicas, en el que Saura se muestra en contra de las pretensiones del gobierno vasco de trasladar el Guernica al Museo Guggenheim de Bilbao.
ANTONIO SAURA (Huesca, 1930 - Cuenca, 1998). Empieza a pintar y escribir en Madrid, mientras permanece inmovilizado durante cinco años, enfermo de tuberculosis. Realiza numerosos dibujos y pinturas de carácter onírico y surrealista. Emplea la técnica del grattage, tras su primer viaje a París en 1952, adoptando un estilo gestual con una pintura radicalmente abstracta, colorista, de concepción orgánica y aleatoria. Aparecen las primeras formas que pronto se volverán arquetipos del cuerpo de la mujer o de la figura humana. Funda en Madrid el grupo El Paso en 1957. A partir de 1959 desarrolla una obra gráfica prolífica y se distingue como ilustrador. Al año siguiente empieza a esculpir obras que representan la figura humana, personajes y crucifixiones. Realiza varias escenografías para el teatro, el ballet y la ópera. En 1983 emprende una nueva e importante serie de retratos titulada Dora Maar o Dora Maar visitada. A partir de esa fecha, y hasta su prematura muerte, retoma y desarrolla magistralmente el conjunto de sus temas.