Villamejil, 6 de diciembre de 2012
El acto, celebrado en la Casa del Concejo, fue presentado por el escritor y periodista Tomás Alvarez, que se refirió a las cualidades de Alfonso Martínez como persona de múltiples facetas –educador, político y novelista- que ha buscado en su madurez la tranquilidad de un lugar del valle del Órbigo como lugar de vida e inspiración.
El autor, que antes publicó la Trilogía de Iñigo Aldai y El niño que resucitó de entre los muertos, explicó que en El secreto de las hojas perdidas se simultanean historias de dos épocas. Una transcurre en el momento en que los visigodos controlaban buena parte de la Galia e Hispania, en un reino con capital en Tolosa. Entonces, Alarico llegó al valle Órbigo, donde encontró a unos hombres que parecían tener el don de detener el paso del tiempo, algo que interesó sobremanera a la esposa del dirigente godo, Teodegunda, mujer angustiada por la pérdida de la belleza corporal, que impulsó una expedición encargada de hallar el secreto de la longevidad.
La otra historia tiene lugar mil quinientos años más tarde, cuando una mujer asturiana encuentra un libro con la historia de Teodegunda, y en el que justamente faltan las páginas relativas a la fuente de la longevidad, lo que la induce a investigar por su cuenta en el entorno geográfico del valle del Órbigo.
El autor reconoció que en el libro hay una especie de homenaje a esta tierra de acogida y a esas mujeres venerables que la habitan, en cuyo rostro halla la belleza de las noches estrelladas del Órbigo.
Alfonso Martínez habló sobre su última novela -El secreto de las hojas perdidas- en La Cepeda, en un acto que presentó Tomás Alvarez.