Los científicos y representantes de unos 150 países coincidieron en que frenar el cambio es posible y más barato que renunciar a ello; y establecieron que hará falta que las emisiones de CO2 alcancen su máximo antes de 2015 y pasen a ser entre un 50% y un 85% más bajas que los niveles de 2000 en 2050, para lograr no superar así los 2 grados de aumento de temperatura media con respecto a la etapa preindustrial.
Hay que poner en marcha medidas para estabilizar la concentración de CO2 en la atmósfera. Los costes han sido calculados por el IPCC, y serán del 3% del PIB mundial en 2030.
Para evitar efectos desastrosos, los científicos y expertos contemplan un mayor uso de la energía de biocombustibles, solar, eólica e incluso nuclear, aspecto –este último- que ha sido criticado por grupos ecologistas.
La eficiencia energética y las energías renovables pueden proporcionar la solución al cambio climático: "Es a menudo más rentable invertir en la mejora de la eficiencia energética en la demanda que aumentar el suministro de energía para satisfacer la creciente demanda de servicios energéticos. La mejora en la eficiencia tiene un efecto positivo en la seguridad energética, en la disminución de la contaminación atmosférica, y en el empleo local y regional.”
Del informe -más esperanzador que los anteriores- se desprende que el problema puede limitarse con voluntad política, una voluntad que deberá ser mostrada por los gobiernos del planeta y llevada a la práctica mediante medidas urgentes. En el mes de diciembre, en Balí, se podrá ver si se avanza en ese sentido, en la reunión de las Partes del Protocolo de Kioto que deben negociar la próxima fase de este Protocolo internacional.
En el resumen de IPCC se dice que los costes de estabilizar las emisiones de gases de efecto invernadero entre 445 y 535 ppm (partes por millón) tendrán un impacto sobre el PIB global de menos de un 3% desde ahora a 2030, y que la reducción de la tasa de crecimiento anual media sería menos de un 0,12%. Estabilizarlas en el rango de entre 535 y 590 ppm (que corresponde aproximadamente a una subida a largo plazo de unos 3ºC de la temperatura) la reducción de PIB corresponde a 0,2 2,5%.
Hay ya un resultado positivo del conjunto de los distintos informes que hemos conocido en los últimos meses: En la sociedad va calando la convicción de que hay que controlar los gases generadores del efecto invernadero, para limitar la elevación de las temperaturas. Los datos nos informan que la emisión de ese tipo de gases ha crecido en torno al 70% desde 1970 hasta ahora, alterando los equilibrios de nuestro planeta.
Los recientes informes alertaron de las dificultades que se avecinan para buena parte de los seres humanos, derivadas de fenómenos como la regresión de los glaciares, la elevación del nivel del mar, la sequía de gran parte de la tierra, los cambios bruscos de clima y grandes tormentas...
Y todos sabemos que hay que reclamar a los poderes públicos una acción decidida, pero que debemos poner en nuestras vidas una orientación nueva encaminada a lograr una mayor racionalidad en el consumo, especialmente en el energético. Desde la adopción de sistemas de aislamiento térmico, a la puesta de generadores de energía solar en las casas, el ahorro en el gasto del agua o la compra de vehículos de menor consumo y menos contaminantes... la lucha contra el cambio climático también es cosa nuestra.
Se debate en Bangkok un nuevo informe relativo al cambio climático. Capital tailandesa. Luis Javier. Foto Guiarte Copyright