La anterior reunión del club elitista del G -20 habló de los problemas de millones de familias del planeta para alimentarse por la carestía de los productos, la especulación, la orientación de la producción a los biocombustibles o la merma de producción por incidencias como el calentamiento global
El aumento de la productividad es loable, pero no debe ser a costa del hundimiento de las agriculturas familiares y de la penuria de seres desplazados de tierras que pasan a manos de multinacionales y que además practican un modelo contrario a la sostenibilidad, y agotando recursos naturales
Según Acción Contra el Hambre, la agricultura familiar y la nutrición parece el tema olvidado del G-20. La cumbre de Los Cabos centrará sus esfuerzos en aumentar la producción y la productividad agrícola, que distan mucho de ser suficientes para afrontar los retos alimentarios del planeta. La organización apela a los 20 estados más ricos del mundo a mostrar su liderazgo político mediante la promoción de un sistema agrícola transparente y regulado, capaz de garantizar el respeto al derecho a la seguridad alimentaria y nutricional.
Por otro lado, varias organizaciones humanitarias internacionales agrupadas en la coalición Feeding G20 han publicado propuestas dirigidas a los miembros del G-20 para combatir la desnutrición y el hambre en el mundo, demandando que cumplan con los compromisos financieros anunciados, en particular, con la aportación de los 22.000 millones de dólares prometidos en la Cumbre del G8 de 2009 para seguridad alimentaria.
Además, piden iniciativas inmediatas para controlar con total transparencia la volatilidad de los precios que es nefasta para los más pobres.
Una medida adicional sugiere la puesta en marcha de sistemas económicamente viables que permitan crear reservas alimentarias a nivel local, nacional y regional, y reforzar los programas de protección social que permitan contar con una red de seguridad en tiempo de crisis.
Según datos de Caritas, 925 millones de personas carecen de recursos para comer y, cada hora mueren unos 300 nińos de malnutrición en el mundo, por lo que se reclama más atención al G-20.
La inestabilidad económica y financiera, y el fortalecimiento de las políticas especulativas no hacen sino agravar esta situación.
El G-20 se reúne para tratar, entre otros, el problema del hambre en el mundo. United Nations Photo