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Tesoros tracios

Del 15 de abril al 31 de julio de 2005, CaixaForum presenta 300 obras de una de las culturas más enigmáticas y olvidadas de la Antigüedad. “Los tracios. Tesoros enigmáticos de Bulgaria”

Altivos, rudos y despiadados, según los griegos, los tracios fueron también un pueblo de gran sensibilidad que legó a la posteridad tesoros de inusitada belleza que han dejado atónitos a los especialistas. Como el tesoro de Rogozen, descubierto en 1985, que data de finales del siglo V a. de C. y está formado por 65 piezas de oro y plata finamente trabajadas, con un peso total de más de veinte kilos.

La escritura aún no ha podido ser descifrada, por lo que los responsables de su entrada en la historia fueron los antiguos griegos. «Son tan bellas sus armas de oro que encantan a la vista, ya que no parece que hayan sido labradas por hombres mortales, sino forjadas para los dioses divinos», escribió Homero, en cuya Ilíada aparece por primera vez el nombre de Tracia.

Con el título Los tracios. Tesoros enigmáticos de Bulgaria, la Obra Social de ”la Caixa” presenta en España la mayor exposición realizada de una de las culturas más olvidadas y misteriosas de la Antigüedad. Fruto de la colaboración con el Ministerio de Cultura de la República de Bulgaria, la muestra reúne en CaixaForum 311 obras excepcionales: ricos ajuares, objetos suntuarios, armas y arneses, máscaras funerarias y servicios para banquetes en oro, plata y bronce, entre los que destacan los tesoros de Letnitsa, Rogozen y Borovo.

Los tracios. Tesoros enigmáticos de Bulgaria, comisariada por Gregorio Luri, Alberto Costa y Valeria Fol, se podrá visitar en CaixaForum (Barcelona), del 15 de abril al 31 de julio de 2005. Posteriormente, se podrá ver en la Sala de Exposiciones de la Fundación ”la Caixa” de Madrid, y más tarde en Valencia.

El conocimiento de la historia

Uno de los objetivos de la Obra Social de ”la Caixa” es contribuir al conocimiento de la historia y el arte, poner al alcance del público los últimos hallazgos arqueológicos y mostrar en todo su esplendor el legado de los pueblos de la Antigüedad a través de exposiciones dedicadas a las grandes culturas del pasado, como Los íberos, príncipes de Occidente, Asia: ruta de las estepas y Nubia. Los reinos del Nilo en Sudán. La muestra Los tracios. Tesoros enigmáticos de Bulgaria responde a esta voluntad.

La exposición actual desvela los últimos descubrimientos arqueológicos realizados en territorio búlgaro a través de una selección de las piezas más notables y singulares halladas, procedentes de una treintena de museos búlgaros.

Aunque el acento recae en la cultura tracia, también se exhiben algunos objetos especialmente relevantes de las culturas que la precedieron en los Balcanes orientales. Es el caso de Varna, uno de los yacimientos arqueológicos más importantes del mundo (datado a finales del Calcolítico, es decir, más de 4.000 años antes de nuestra era) y donde quizá, según coinciden en afirmar varios expertos, se esconde la cuna de la civilización europea, así como el primer oro trabajado del mundo. En las casi trescientas tumbas estudiadas se han hallado collares, brazaletes, cetros, amuletos e, incluso, un falo de oro, todos ellos trabajados con un refinamiento que sorprende.

La exposición quiere familiarizar al público español con la cultura de los tracios, un pueblo de origen indoeuropeo que habitó los actuales territorios del norte de Grecia, Bulgaria, Rumanía y hasta la desembocadura del río Dniéper (República de Ucrania). A lo largo de los siglos, Tracia ha permanecido en el olvido. El reciente descubrimiento de magníficas tumbas reales ha llamado la atención de los especialistas sobre el extraordinario legado de los tracios. A partir de 1970, los hallazgos se han encadenado de forma continua: la necrópolis de Varna (1972), el tesoro de Borovo (1974), la tumba de Sveshtari (1982), el tesoro de Rogozen (1985), las tumbas de Shushmanets (1996), Starosel (2000), Alexandrovo (2001), Goliama Kosmatka (2004), etcétera. Precisamente, los tesoros de Letnitsa, Vratsa, Rogozen, Borovo y Panagyurishte son el gran reclamo de esta exposición singular por la amplitud de su enfoque y la calidad de las obras y los objetos reunidos.

La muestra ha sido dividida en seis ámbitos, que recorren la cultura tracia y sus predecesoras desde el Neolítico hasta su declive en las épocas helenística y romana

El comisario de la exposición, Gregorio Luri, hizo una apasionada defensa de la cultura tracia durante la presentación de la muestra. "La historia urbana de Europa -ha aseverado- no se puede escribir igual sin la aportación de la cultura tracia. Mientras en Mesopotamia comenzaba el desarrollo de la agricultura y en Egipto se esbozaba lo que iba a ser su gran civilización, ya existía una cultura tracia" plenamente desarrollada.

Para Gregorio Luri, "Si le pudiéramos preguntar a Sócrates o a Fidias qué pueblo estaría nominado a dominar el mundo hubiera respondido que los tracios.

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