Madrid, 20 de abril de 2012
Con una longitud de unos 45 centímetros, una envergadura de algo más de un metro, aproximadamente y un peso de 0,7 a 1,1 kilogramos, el águila calzada es una de las rapaces viajeras que anida en la Península Ibérica.
Desde hace dos años, SeoBirdlife está haciendo un interesante estudio sobre las migraciones anuales de estas aves hacia África, y acaba de constatar que los seis ejemplares marcados ya están de vuelta, tras pasar el invierno en zonas más cálidas.
En 2011 SEO/BirdLife puso en marcha en colaboración con la Fundación Iberdrola un novedoso programa para conocer las migraciones de las aves y sus zonas de invernada, en el que se incorporaron las últimas tecnologías en sistemas de geolocalización y seguimiento remoto para conocer con mayor detalle los movimientos de las aves dentro y fuera del país.
A mediados de septiembre de 2011 las águilas calzadas abandonaron sus zonas de reproducción en España para comenzar su migración anual hacia África. Tras unos 20 días de viaje atravesando el estrecho de Gibraltar y el desierto del Sahara llegaron a sus áreas de invernada en el África subsahariana a principios de octubre.
Han pasado los meses de invierno a más de 3.000 kilómetros de sus nidos, concretamente en Mali, Mauritania, Niger, Nigeria, Sierra Leona y Guinea.
A mediados de marzo de este año las seis águilas calzadas comenzaron su vuelta a casa, ciclo que han terminado ahora. La distancia entre el área de cría y la de invernada ha sido de una media de 3.148 km
El seguimiento de aves
Según informa SeoBirdlife. hace ya casi un siglo que se inició el marcaje de las aves con anillas para estudiar sus movimientos migratorios. Ahora, la mayoría de lo que se sabe actualmente de la migración, se ha ido desvelando en buena medida a partir del anillamiento.
En las últimas décadas se está comprobando cómo muchas especies han ido cambiando su comportamiento migrador y parte de la población de algunas de ellas en España acorta sus movimientos y no cruzan a África (cada vez es mayor el número de cigüeñas blancas, cigüeñas negras, aguilillas calzadas, etc. que pasan el invierno en la costa mediterránea o en el curso bajo del río Guadalquivir).
Se piensa que estos cambios son debidos, al menos en parte, al cambio climático, originando inviernos más suaves en las áreas de cría y, por tanto, mayor disponibilidad de alimento en esa época desfavorable. Por ello, también es importante conocer cuanto antes el comportamiento migrador de cada especie, pues sin esa información perderemos el registro de lo que ha existido y no se dispondrá de la información básica para comprender la evolución de su biología.
Afortunadamente, el avance de la ciencia pone a disposición de los estudiosos nuevas tecnologías que permiten utilizar sistemas de seguimiento mucho más precisos y con mucha más información que el anillamiento, sistema de marcaje que sigue siendo útil para este asunto y para numerosos otros aspectos de las aves.
Los nuevos sistemas de marcaje establecen la localización del ave varias veces al día durante varios años, por lo que permiten conocer cuánto tiempo permanecen exactamente en sus áreas de cría e invernada, cuándo inician su migración, por dónde la realizan, sus velocidades, sus altitudes, cómo los agentes meteorológicos, el relieve del terreno, los mares, el desierto, etc. condicionan sus movimientos, qué puntos y hábitat utilizan para reponer energía en sus migraciones, etc. Aspectos, todos ellos, que permitirán trabajar mejor en su conservación.
El águila o aguililla calzada habita en el entorno de los países del Mediterráneo y algunas zonas de Asia. Pasa la invernada en zonas de la India y el África Subsahariana. España acoge la mayor parte de la población europea y recientemente la población española se ha estimado en unos 18.500 territorios.
Su distribución está determinada por la presencia de formaciones boscosas con claros y zonas abiertas
Es una especie territorial, aunque el tamaño de sus territorios es pequeño y permite el paso de otros congéneres por ellos. El nido, colocado mayoritariamente en la horquilla del árbol o pegado al tronco, es construido o arreglado el de la temporada anterior tapizándolo con ramas verdes. La puesta consta principalmente de 2 huevos. Las aves son las principales presas del águila calzada; le siguen los reptiles, como el lagarto ocelado, y los conejos
En la Península Ibérica, las poblaciones son migradoras, salvo en las Islas Baleares. Las águilas suelen volver de África a mediados de marzo e irse en septiembre. Hay un notable paso migratorio por el estrecho de Gibraltar: entre marzo y mayo en primavera y en septiembre y octubre durante otoño
Los peligros: destrucción y degradación de formaciones boscosas (incendios, apertura de pistas, trabajos forestales en periodo reproductor, etc.), caza ilegal y colisión y electrocución en tendidos eléctricos. El incremento de la superficie forestal en España debería de favorecer a esta especie.
Más sobre la migración de esta especie: www.migraciondeaves.org
La tecnología al servicio del conocimiento de la migración de las aves. Imagen del video La migración de las aves. SEO/Birdlife Fundación Iberdrola.
Más de 3.000 kilómetros separan las áreas de cria e invernada del águila calzada