Tomás Alvarez
León, 17 de abril de 2012
Este autor autodidacta, nacido en Villahibiera (León) en 1965, ha sido siempre un extraordinario artífice que partiendo de la pieza de olmo, manzano o pino, encuentra y revela mundos imaginarios, tiernos, líricos, pero dejando que la madera siga compartiendo el protagonismo de la creación.
Amancio, que actualmente expone en la galería Armaga, León, trabajó un tiempo con un pintor de su tierra, Alejandro Vargas, pero pronto centró su tarea en la madera, en la que ha realizado sus mejores creaciones.
El escultor no maltrata la madera, al contrario, la trabaja con dulzura. Y el amor que pone en el trabajo de la materia se lo devuelve esta con creces, mostrando en todo su esplendor los dibujos de sus veteados y su aroma inconfundible.
Entrar en la pequeña galería en la que el autor muestra ahora alguno de sus últimos trabajos -de mediano y pequeño formato- es, en este sentido, una formidable experiencia. La primera sensación es olfativa; flota en el aire el perfume de la materia. Luego, la segunda, es una sensación de gozo al descubrir un mundo personal, onírico y enigmático, cargado de ternura.
La muestra presenta también trabajos en hierro, alabastro y mármol, pero lo mejor del autor se halla en su encuentro con la textura del roble o del olmo, cuyas esencias le ayudan a mostrarse no como artesano, sino como artífice: hacedor de arte.
Este artista, escasamente conocido en relación a su calidad, ha hecho últimamente trabajos para lugares tan dispares como México o Turquía, y está trabajando en su taller de las afueras de León con una amplia colección de bustos de los mejores literatos.
Amancio González es un personaje humano cargado de sencillez que apenas se ufana de sus crecientes triunfos, alguna vez ha declarado respecto a su profesión "tropecé con el arte".
Ese "tropecé con el arte" se muestra en sus obras, donde trata de mantener el valor de la propia materia. El trabajo "El ladrón de Perlas II" muestra a un ser mitad humano mitad pez, que flota sobre una madera cuadrada de olmo. Si la creación es audaz y misteriosa, las formas del olmo le añaden una extraña belleza caligráfica.
También está cargada de poesía y misterio su "Hombre pájaro con globo terráqueo" un trabajo hecho prácticamente con una pieza única de olmo, que refleja una cierta veta surrealista que a veces asoma en los trabajos de Amancio González.
...Y un párrafo más para hablar de las serigrafías, para destacar el valor de ese dibujo lineal del ser humano poderoso, muy típico del autor, en el que a veces aparecen resonancias de los hombres y minotauros picassianos.
En síntesis, una bella exposición de la obra pequeña ...de un artista grande.
El hombre pájaro de Amancio González, en la galería Armaga
El Ladrón de Perlas II. Escultura de Amancio González