Madrid, diciembre de 2006
En el centro de la exposición, el Friso de Beethoven del Belvedere, acompañado de dibujos, estudios preparatorios, cuadernos de dibujo y otros documentos que testimonian el protagonismo de Klimt en los cambios e innovaciones que tuvieron lugar en la Viena de finales del XIX y principios del XX
Esta exitosa muestra se inauguró el pasado 6 de octubre en Madrid, y está centrada en la obra del artista vienés Gustav Klimt (1862-1918) con la pretensión de contar, visualmente, el bullir de los grandes cambios culturales, sociales e históricos que se produjeron en Viena, en los años en torno al fin del siglo XIX.
A Gustav Klimt le tocó estar en el centro mismo de esa mudanza de épocas, que se mantendría hasta la quiebra histórica de 1918, con la desaparición del imperio austro-húngaro. 1918 fue, precisamente, el año en que murió, pero unos años antes, entre 1894 y 1907 sobre todo, Klimt acometió su trabajo encarnando como pocos esa “destrucción creadora”, que popularizara el también vienés Joseph Schumpeter. Esa paradójica “creación por la destrucción” –una idea que provenía de Nietzsche y de Schopenhauer, dos pensadores muy estimados por Klimt- le llevó, en esas décadas, de ser el artista vienés más prometedor de finales del XIX y maestro de la pintura historicista, a abanderar “la obra de arte total”, que pregonaría la Secesión, el movimiento renovador del que fue fundador; en un momento, además, en que el artista estaba llevando a cabo varios proyectos encargados por el propio Estado, como las monumentales pinturas para el techo del Aula Magna de la Universidad de Viena.
Esta vuelta de tuerca a la que se sometió él mismo y a su obra y, por extensión, al arte del momento provocó polémicas, censuras y debates, a cuyos efectos no fue ajeno el propio artista: Klimt sufrió una profunda crisis personal que le llevaría, al final, a abandonar todo encargo público y a refugiarse en el ámbito de lo privado, convirtiéndose en un pintor de retratos y paisajes.
La exposición se centra precisamente en ese momento de efervescencia y de cambio, uno de cuyos máximos ejemplos es esa “obra de arte total” realizada por Klimt en 1902 para la XIV Exposición de la Secession: la pintura mural dedicada a Beethoven. Y es precisamente la copia del Friso de Beethoven del Belvedere, acompañada de algunos de los dibujos preparatorios para sus figuras –que hacen visible el surgimiento de esa obra maestra- la que constituye la clave del relato expositivo.
A la copia del Friso la acompaña el busto de Beethoven por Max Klinger, una versión reducida de la estatua que, nacida también la mano del maestro, fuera el centro de la exposición de la Secession de 1902.
La exposición presenta también una selección de unos cincuenta dibujos y estudios preparatorios de los cuadros de las tres facultades: Medicina, Jurisprudencia y Filosofía. Estas monumentales pinturas de casi cuatro metros de altura y tres de ancho fueron destruidas durante la Segunda Guerra Mundial, y la exposición las presenta en reproducciones de época ampliadas al tamaño original. Documentos, cuadernos de dibujo de Klimt, litografías, relieves decorativos, ejemplares de la revista Ver Sacrum, originales para los carteles de diversas exposiciones de la Secession, bocetos preparatorios y una muestra de óleos de Klimt y de artistas contemporáneos y antecesores relacionados con el tema de la muestra, completan, entre otros objetos y documentos, la exposición.
El catálogo de la exposición lo ha publicado Prestel, una de las más importantes editoriales alemanas en el campo de la edición de arte. Se han hecho tres ediciones (en español, inglés y alemán) y contiene, además de un ensayo de Stephan Koja, conservador del Museo Belvedere de Viena y de una amplia selección de textos de contemporáneos de Klimt como Hermann Bahr, Berta Zuckerkandl o Ludwig Hevesi; textos de Alice Strobl (autora del catálogo razonado de dibujos de Klimt), Franz J. Szabo y Manfred Koller, además de un glosario de Rosa Sala Rose, una biografía de Klimt, a cargo de Verena Perhelfte.
Como complemento al catálogo y la exposición, la Fundación Juan March ha editado también el libro Contra Klimt, de Hermann Bahr, que reúne el debate y las polémicas de la época en torno al artista. Publicado en 1903 no se había vuelto a editar en alemán y es la primera vez que se edita en España. Bahr, periodista cultural, escritor y testigo de aquel ardoroso enfrentamiento cultural y social, en la Viena de entonces, entre “antiguos” y “modernos”, fue también una persona muy próxima a Klimt.
La música I, de 1895; óleo sobre lienzo. Bayerische Staatsgemaldesammlungen; en la exposición La destrucción creadora. Gustav Klimt