Madrid, 1 de junio de 2016
La exposición del Thyssen profundiza en la figura del maestro lombardo Michelangelo Merisi Caravaggio (Milan, 1571 - Porto Ercole, 1610), poniendo de relieve el legado del artista y su influencia entre los pintores del norte de Europa que, fascinados por su pintura y motivados por su obra, difundieron su estilo de diversas maneras.
Se exhiben para la ocasión cincuenta y tres cuadros, doce de ellos de Caravaggio, procedentes de colecciones privadas e instituciones como el Metropolitan Museum de Nueva York, la Galleria degli Uffizi de Florencia, el Museo del Ermitage de San Petersburgo, el Rijksmuseum de Ámsterdam o la iglesia de San Pietro in Montorio en Roma. 
El recorrido expositivo abarca el curso de la carrera de Caravaggio, desde el periodo romano hasta las emotivas pinturas oscuras de sus últimos años. Junto a estos lienzos se presenta una selección de obras de algunos de sus más destacados seguidores: en Holanda Dirk van Baburen, Gerrit van Honthorst o Hendrick Ter Brugghen, en Flandes Nicolas Régnier o Louis Finson y en Francia Simon Vouet, Claude Vignon o Valentin de Boulogne.
Entre 1600 y 1630 se establecieron en Roma más de dos mil artistas que convirtieron la ciudad en un crisol artístico. Los pintores del norte de Europa siguieron el estilo de Caravaggio, impulsados principalmente por dos motivos: la menor importancia del componente clásico en la tradición pictórica del norte y la facilidad para aplicar el estilo de Caravaggio fuera del contexto tradicional de un taller o una academia de dibujo. 
La mayoría de los artistas holandeses, flamencos o franceses que llegaban a Roma habían recibido una formación básica en dibujo y pintura y estaban ansiosos por asimilar rápidamente nuevas ideas. El arte de Caravaggio era atractivo para ellos, además de por la posibilidad de trabajar del natural, por el destacado uso de la luz, las sombras y el color.
La exposición traslada al visitante a la época de Caravaggio y a las décadas que siguieron a su muerte, un periodo especialmente rico en hitos pictóricos. La exposición se abre con dos salas dedicadas a las obras que el pintor realizó durante sus años en Roma. En las siguientes, se presentan cuadros de artistas extranjeros que contemplaron con sus propios ojos la obra de Caravaggio y que se inspiraron en su forma de trabajar, añadiendo su própio toque, y buscando nuevos modos de expresión, tanto en el arte religioso como en el profano. Las dos últimas salas se dedican a la producción de Caravaggio y sus seguidores extranjeros en Nápoles y el sur de Italia.
El sacrificio de Isaac. 1603. Michelangelo Merisi Caravaggio.
San Juan Bautista en el desierto. 1602. Michelangelo Merisi Caravaggio.
Jugadores de dados. 1623-1624. Nicolas Tournier.