Madrid, abril de 2010
En esta exposición, que está montada siguiendo la estética del Museo Fortuny de Venecia, podremos descartar nuestras ideas preconcebidas sobre el diseño de moda, a través de una visita por las inquietudes artísticas de éste magnifico artista.
Podemos encontrar piezas que él diseñador heredó de su familia, y que supusieron para él una gran fuente de inspiración, como sencillas vasijas de barro griegas, o maravillosos tejidos bordados renacentistas. Podemos asomarnos al Fortuny pintor a través de algunas obras de su propia mano, y también, ver el trabajo previo a la creación de sus trajes, con algunas pruebas de estampación.
Pero, las inquietudes de Mariano Fortuny no terminaban ahí, diseñó escenografía y vestuario para espectáculos, y también hizo algún diseño industrial, como es el caso de una lámpara de escritorio que podemos ver en la exposición y que él mismo utilizaba en su estudio.
Pero era en sus trajes, donde Fortuny volcaba todo su potencial artístico, quería, de algún modo, dar vida a sus cuadros y, a aquellas figuras que veía en las vasijas griegas. Esa fue su primera inspiración. Para esa recreación, busca un tejido de seda ligero y lo modifica, aplicando, por ejemplo, huevo, de este modo, llega a crear unos pliegues únicos, que aun hoy en día suponen todo un misterio que nadie ha conseguido descifrar.
Sin embrago, lo que primero que llama la atención cuando uno ve por primera vez un Fortuny, son sus maravillosas estampaciones, éstas tienen una precisión excepcional, y nos revelan el gran pintor que se encuentra tras ellas. Un trampantojo para el visitante, que en algunos casos puede llegar a confundirlas con bordados. Ahí se encuentra la maestría de Fortuny.
Es, en definitiva, una exposición bien construida, que nos permite percibir la esencia creativa que se encontraba bajo el trabajo del diseñador.
Por Raquel Martinez
Más sobre Fortuny en:
EstiloyModa.com
Una figurita de terracota podía servir a Mariano Fortuny y Madrazo como inspiración para un cuadro o un traje.