Santiago de Compostela, 6 de mayo de 2001
PEREGRINO.-
Dícese de la persona que por devoción o voto va a visitar un santuario; y más propiamente si lleva el bordón y la esclavina.
Independientemente del medio de transporte utilizado (a pie, bicicleta, automóvil, autobús, .....) y de la ruta, cualquier persona puede ser peregrino; pero el tema principal que nos ocupa es el Camino Tradicional (desde Roncesvalles o Somport a Santiago). En este camino cada peregrino es libre de hacerlo como más le convenga, tanto en medios de transporte como de alojamientos, y no por ello pierde la condición de peregrino.
CREDENCIAL DE PEREGRINO.-
Es el documento que acredita haber hecho la peregrinación a pie, caballo o en bicicleta, con el que llegados a Santiago podemos obtener la Compostela, y es imprescindible para ser acogidos en los albergues que existen en los distintos Caminos a Santiago.
En la credencial ya se establecen unas normas, en la peregrinación:
a .- tiene que hacerse a pie, caballo o bicicleta con unas distancias mínimas
b.- hay que sellarla en los lugares que se pernocte (no es imprescindible que sea en los albergues)
c.- se establecen unas preferencias de acogida de peregrinos en los albergues.
Y se recuerda que el hacer el Camino de Santiago es un compromiso personal y es responsabilidad del propio peregrino el procurarse de todos los medios necesarios para poder realizarlo; y que la condición de peregrino no otorga ningún derecho o privilegio.
Los peregrinos con vehículo de apoyo, en grupo organizado o ciclistas conviene que desde el comienzo tengan previsto que sus finales de etapa sean en localidades con albergues de muchas plazas y dispongan de alojamientos alternativos
ALBERGUES DEL CAMINO.-
Estos lugares no existen por obligación de ninguna institución en atender a los peregrinos y no están subvencionados. Hay una confusión generalizada sobre el derecho a la utilización de estas instalaciones, que podría ser por falta de información, pero que en la práctica se demuestra que en muchos casos es por falta de educación, sentido común, y el gran egoísmo de algunos peregrinos; que terminan produciendo situaciones desagradables entre los propios peregrinos y con los hospitaleros.
Hay que empezar por comprender que los albergues del Camino no son instalaciones enfocadas al turismo, no disponen de comodidades; cada uno tiene su horario y normas particulares, y que en ellos hay que compartir alojamiento con muchas personas de distinta edad, nacionalidad, roncadores ......
Entre los albergues que existen, los hay municipales, parroquiales, de asociaciones, privados etc.; en unos cobran un mínimo ( 500 pts.), en otros se deja un donativo voluntario, otros sugieren la cantidad del donativo y los privados tienen unas tarifas en general bastante razonables (en torno a las 1.000pts.).
Como dato curioso decir que en el año 93 la gran mayoría de estos albergues eran de donativo voluntario y hoy quedan una minoría (teniendo en cuenta los existentes en Galicia, donde éstos dependen directamente del Gobierno autónomo). Tenemos que ser conscientes de que el mantenimiento de estas instalaciones por muy precarias que parezcan cuesta dinero, se generan unos gastos de electricidad, agua, gas, material de limpieza, y de que periódicamente hay que hacer reparaciones, remplazar colchones, pintar, etc.; en los últimos años la exigencia de los peregrinos y su aportación al Camino van a peor.
CONSEJOS PARA EL CAMINO
Lo más importante es que la motivación parta de nosotros mismos y no vinculada al interés de otros o por presumir de haberlo hecho. Hay que disponer del tiempo suficiente y en función del mismo elegir dónde comenzar, (35 días desde Roncesvalles a pie, 14 en bicicleta); existen varias guías con bastante información sobre el Camino pero que hay que adaptarlas a las circunstancias particulares de cada uno y no seguirla al pie de la letra (no todo el mundo puede caminar los kilómetros que indican y sobre los albergues la información no siempre es exacta), conviene que en los primeros diez días las etapas sean progresivas, las distancias ideales los primeros días son entre 15 a 20 km. quedándonos con la sensación de que podríamos haber hecho más; teniendo en cuenta que aunque estemos acostumbrados a caminar (el hacerlo con el peso de la mochila es totalmente distinto) es fácil provocar una tendinitis o la aparición de ampollas. Una vez superada esta adaptación, la distancia de las etapas no debe sobrepasar 25/30 km. para llegar descansados al final de etapa (lo difícil no es caminar 40 km. en un día, lo difícil es poder caminar 20 al día siguiente).
De todo el equipo necesario lo más importante es el calzado, los calcetines, y una buena capa que nos proteja del agua incluso en Agosto.
En la parte económica hay que hacer números. Hacer el Camino nos va a costar dinero. Tenemos el viaje de ida al punto elegido para comenzar, y a partir de ahí diariamente tendremos unos gastos mínimos en desayuno, comida , cena, y alojamiento que nos supondrán unas 3.000 pts.; más al llegar a Santiago el viaje de vuelta a casa.
Depende de la época del año o si vamos en bicicleta podemos tener problemas en los albergues porque estén completos; en estos casos, tendremos que tener previsto que algunos días habrá que utilizar alojamientos alternativos (campings, pensiones, hostales....) o bases de acampada (en los años santos). También es aconsejable tanto a pie como en bicicleta (aunque no sea necesario) que de vez en cuando nos demos un homenaje; bien porque necesitemos descansar, el hospitalero sea un impertinente (que de todo hay), o que no estemos de acuerdo con alguna cosa del albergue; aprovechar ese día y al siguiente no tener prisa.
Resumiendo que un día por otro en el Camino nos saldrá una media de unas 4.000 pts. (sin incluir el tabaco). Habrá quien lo haya hecho con menos y estas cifras le parezcan exageradas; estos cálculos son de referencia, para ir desahogados y permitirnos algún lujo.
Una de las grandes trampas del Camino es la de perder nuestra autonomía. Cuando se establece un tipo de relación muy intensa con otros peregrinos se puede terminar alterando nuestro ritmo, nuestros planteamientos personales, la percepción del Camino, etc. Debemos evitar por todos los medios, el crearnos obligaciones para con otros peregrinos, o integrarnos en grupos que con una idea de solidaridad mal entendida, anulan las individualidades en beneficio de cumplir unos objetivos de una minoria.
Otra de las trampas es el percibir el Camino por los ojos y las experiencias de otros (guías, peregrinos veteranos, hospitaleros encantadores y otros), generalmente sin malas intenciones pero que nos predisponen de una manera determinada, y que no siempre es la mejor .
LOS HOSPITALEROS: Los encontraremos contratados o voluntarios, la única diferencia en principio, es que éstos últimos son peregrinos que ya han realizado el Camino; con su trabajo desinteresado (no tienen ningún tipo de contraprestación económica) no sería posible hoy en día mantener la gratuidad en la tradicional hospitalidad Jacobea. Como en todo colectivo...... nos encontraremos con gente responsable, simpática, desastrosa, etc. etc.
EN LOS ALBERGUES : Tienen unos horarios; normalmente hay que abandonarlos antes de las 08:00, durante la mañana cierran (limpiezas y otros preparativos), y según la época abren de 15:00 a 22:30 (aprox.) que cierran. Algunos están abiertos todo el día.
La información de las guías en muchos casos no es exacta o se ha quedado desfasada, hay que tenerlo en cuenta para no llevarse sorpresas ingratas o desagradables. Algunos albergues están abiertos permanentemente y otros sólo durante unos meses .
Aunque lleguemos con una mochila y agotados, lo primero que conviene hacer es identificarse como peregrino y mostrar la credencial. No demos por supuesto que el que nos recibe es adivino y no caigamos en el error de llegar enfadados por los muchos kilómetros de la etapa (que han sido por decisión propia), o quejarnos porque el albergue debería de estar más cerca, del calor en Agosto, del frío en Febrero y otras sonseras por el estilo.
Es imprescindible el uso de un saco de dormir adecuado a la estación del año.
Cada albergue tiene sus normas de funcionamiento, (y recogemos los frutos de los peregrinos anteriores como otros los recogerán por nuestros actos); lo prudente es que si al llegar no estamos de acuerdo por algún motivo ...... continuemos el Camino o busquemos otro tipo de alojamiento; y si nos quedamos.... entender que el funcionamiento y las normas son para todos por igual; no pretender que albergue y hospitaleros se adapten a nuestros intereses particulares o a los de otros peregrinos.
Se establecen unos horarios para respetar la preferencia de los peregrinos a pie, los grupos organizados, ciclistas, y los que disponen de vehículo de apoyo no son acogidos hasta una hora determinada (19:00 aprox.), y siempre que dispongan de plazas libres.
No se admiten reservas, y las plazas se van ocupando según llegan los peregrinos; (no está permitido que al llegar uno ocupe plazas para los compañeros que llegan más tarde).
Solo se debe sellar la credencial cuando están abiertos, ya que sólo estamos obligados a sellar una vez al día (normalmente en el que pernoctamos).
En la mayoría no admiten animales ni mascotas
H. Trigo
Castrojeriz, uno de los más interesantes pueblos del Camino. foto Moreno Gallo-guiarte. Copyright