El espíritu del Camino

Por Higinio Suárez Trigo.

Santiago de Compostela, 18 de abril de 2001

DEL CAMINO DE SANTIAGO. Ya es de sobra conocido que tras el olvido en el que se encontraba el Camino surgieron una serie de personas que con su dedicación, lo potenciaron y facilitaron el flujo de peregrinos, y que a finales de los años ochenta solo existían tres ó cuatro alojamientos acondicionados para tal fin. Quedando el resto del Camino desatendido, dependiendo de la hospitalidad de los pueblos y sus gentes; lugares aislados donde muchas veces no existían servicios de alojamiento, alimentación, bares, etc.

Hay que recordar entre otros muchos sitios aquella palloza de O´Cebreiro, que hasta el año 1993 que se inauguro el albergue actual sirvió de refugio a muchos peregrinos, sin agua, sin luz, donde la única comodidad era (en vida del párroco D. Elías) la paja sobre el suelo de tierra

DE LOS SERVICIOS AL PEREGRINO Pasando el tiempo y con el aumento de la cantidad de gente en el Camino, también aumentó la cantidad de pueblos que disponían de lugares (locales parroquiales, municipales, etc.) como refugios de peregrinos, muy espartanos pero muy bien agradecidos; ante la falta de medios para equiparlos y su mantenimiento ...la solidaridad de los peregrinos a través del donativo.

Otro hecho importante en la tradicional hospitalidad jacobea ha sido la llegada de los hospitaleros voluntarios, (peregrinos que ya han hecho el Camino y colaboran dedicando sus vacaciones a realizar unos trabajos sin contraprestación económica de ningún tipo).

Se puede entender que entre las razones de la atracción por el Camino (y que lo diferencia de otras rutas) estén la solidaridad entre peregrinos, la hospitalidad encabezada por los voluntarios, y la gratuidad de los alojamientos; sumando unas características muy especiales que son : la experiencia que supone para la gran mayoría de la gente coger una mochila, prescindir de los roles y estatus de la vida cotidiana y durante un tiempo de cualquier tipo de comodidad; convivir en austeridad con la soledad, el esfuerzo y el sufrimiento (disponiendo de un tiempo para la reflexión), y tras superar estas penalidades, sentir la satisfacción de haberlas pasado.

Todo esto unido provoca en la persona que hace el Camino (sin importar su motivación) tenga vivencias muy particulares. Pero la sensación que más se valora y todos perciben es la del Espíritu del Camino.

Con la explosión del Xacobeo93, ha cambiado todo a una velocidad desmesurada que esta empezando a erosionar ese Espíritu del Camino, transformándose en un itinerario donde todo tiene cabida y donde todo vale.

Los albergues son estupendos pero sin su tradicional encanto y austeridad; la gratuidad ya prácticamente no existe; nos encontramos más hospitaleros contratados que voluntarios; y en la mayor parte de los actuales peregrinos la solidaridad esta condicionada por intereses erótico-festivos; y sus motivaciones son una vaciones donde comer suculentamente pagando el menú del día (menú del peregrino), disfrutar de unos albergues baratísimos donde esperan de los hospitaleros atenciones y servidumbre total para con ellos.

DE LOS PUEBLOS DEL CAMINO Los cambios habidos y el importante aumento de peregrinos de los últimos años han tenido su parte positiva (pueblos aislados, estancados en recursos económicos ó en vías de desaparición se han revitalizado). Y con el reclamo cultural del Camino de Santiago, unido al no menos importante cambio de hábitos en el turismo, hoy en pueblos que hace pocos años estaban prácticamente desolados existen hoteles, restaurantes, cajeros automáticos de todas las entidades bancarias, etc.

Es muy cierto que los albergues han dejado de ser lugares austeros que en principio suplían las carencias de los pueblos; pasando a servir desayunos y comidas con fines lucrativos, ó disponiendo de cocinas bien equipadas, maquinas de bebidas etc.; son un alojamiento de fácil acceso para cualquier persona ó grupo, muy económicos ó gratuitos. En la actualidad estas instalaciones que en ciudades ó pueblos muy grandes pasan desapercibidas, están totalmente fuera de lugar, y más todavía si estas son mantenidas por los propios Ayuntamientos.

Muchos de los negocios abiertos en los últimos años tenían unas grandes expectativas a corto plazo, que tenían por base al peregrino y no se han visto satisfechas por exageradas (especialmente en el ultimo año santo de 1.999). La parte negativa que nos afecta, es la imagen del peregrino que se resiente, pasando a ser comparado con los tradicionales turistas y visto como gente cutre que no deja beneficios; los albergues empiezan a ser vistos como una competencia molesta y desleal a los servicios de hostelería locales, especialmente para bares, restaurantes y alojamientos privados que hace unos años no existían.

DE ASOCIACIONES DE AMIGOS DEL CAMINO DE SANTIAGO Las Asociaciones que nacieron de las inquietudes de peregrinos y otra gente atraída por el Camino, tuvieron un papel importante en el resurgimiento y mejoras del mismo, pero actualmente están como en fuera de juego; parece que ya no tengan nada que aportar al Camino porque sus inquietudes y preocupaciones están en otros objetivos.

Llama mucho la atención en el Camino que de todas las asociaciones existentes en nuestro país, solo unas pocas mantengan ó sean responsables directos de algún albergue que conserve las tradiciones jacobeas, y que si lo hagan en cambio más asociaciones extranjeras. Aquí hay que destacar al pueblo de Castrojeriz y a la Asociación de Amigos de los Refugios del Camino de Santiago, con su REFUGIO y sus hospitaleros; que hoy por hoy son los que mejor conservan el Espiritu del Camino.

De seguir así pronto el Camino se convertirá en una ruta de senderismo más, donde no habrá diferencia entre turistas y peregrinos, y el uso de la Credencial sea anecdótico y parte del folklore pero no necesario. Las asociaciones, sin su razón de ser, acabaran desapareciendo ó transformándose en clubes sociales (algunas ya se han convertido).

HIGINIO SUAREZ TRIGO