Madrid. Junio de 2011
La conferencia de apertura correspondió al escritor Tomás Alvarez, autor del libro “el Camino de Santiago para paganos y escépticos”, un texto que el titular del comité organizador del evento, Alberto Solana, calificó como un clásico de la literatura de la ruta santiagueña.
Previamente, habían hecho uso de la palabra el alcalde de Villaviciosa, José Jover Sanz; Eduardo Aguirre, el presidente de la AVACS, asociación de peregrinos convocante, y Jose Antonio de la Riera, titular de la Asociación Gallega de Amigos del Camino.
Tomás Alvarez explicó que el recorrido del Camino es una magnífica ocasión para encontrar a una sociedad en la que perviven elementos de la Edad de Piedra al lado de la Era de la Globalización.
Para el autor, los contenidos artísticos, literarios y la carga de leyendas y mitos hacen que este trayecto sea sumamente atractivo, incluso para aquellos que lo recorren sin ser impulsados por la religiosidad.
Alvarez se refirió a las motivaciones del peregrino medieval para emprender la ruta a Compostela, un trayecto en el que el viajero encontraría desde los ecos de los grandes monjes -desde Eteria a Valerio y Fructuoso- a las reliquias de incontables santos, a través de un recorrido llenos de historia.
En ese trayecto -dijo- el peregrino pasó penalidades, pero también disfrutó de una gastronomía más rica de lo que nos imaginamos, pues en plena Edad Media, llegaban al interior de la Península desde las merluzas de Santander a la carne de las ballenas capturadas por los pesqueros vascos.
Incluso -recordó- llegaba a las rutas peregrinas el raro caviar, alimento que Cervantes pone en las alforjas de unos peregrinos germánicos que describe en el Quijote.
Además -explicó- aquella era una gastronomía muy distinta de la actual, en la que se empleaban con profusión vegetales ahora no utilizados, se mezclaba el dulce con el caldo de gallina o se sazonaban las ensaladas con miel, en unas combinaciones propias de la cocina vanguardista.
“Creemos que era una peregrinación de mendrugos y pan duro, pero en los reinos del norte también había refinamiento gastronómico que satisfacía a los viajeros más exigentes”, explicó Alvarez, quien analizó diversos menús típicos, desde los de los grandes hospitales a las humildes sopas que se ofrecían en algún pequeño hospital cercano al río Órbigo.
Para el conferenciante, el Camino surgió como vía de salvación, “Frente a la angustia medieval el hombre tenía dos salidas; la primera la gloria y la riqueza en vida -el campo de batalla- la segunda, la salvación eterna, a través del acercamiento a Dios.
Pero aquel impulso devoto fue trocándose en caballeresco y pícaro ya en la Edad Media, para transformarse en algo muy distinto en la actualidad, cuando las autoridades religiosas ya no controlan el fenómeno del peregrinaje, sino que éste es “agitado publicitariamente” por las autonómicas.
Para Tomas Alvarez, en medio de este Camino más secularizado, se produce un milagro cada día: el encuentro del viajero consigo mismo; algo que es incapaz de conseguir cuando se halla en medio de la masa estresada y agobiada por los mensajes comunicativos de toda índole.
Otra destacada intervención corrió a cargo de Antonio Poves Olivan, luthier de instrumentos medievales, que trató sobre el organistrum, uno de los elementos musicales utilizados en el Camino, durante la Edad Media.
Poves Oliván presentó una serie de instrumentos que él ha recuperado, partiendo de escasos datos existentes, principalmente las imágenes que aún presentan las arquivoltas de las iglesias románicas y góticas.
El conferenciante explicó que su investigación se han centrado en el organismtrum, un instrumento que aparece en la iconografía europea desde el siglo X hasta bien entrado el siglo XV, bien tocado por una o por dos personas, y derl que no se conserva ninguna pieza medieval.
Este instrumento está magníficamente representado en el Pórtico de la Gloria, las catedrales de León y Burgos o las iglesias de San Miguel de Estella o la parroquial de La Hiniesta(Zamora) y Poves Oliván lo ha reproducido en su taller de Zaragoza, siguiendo los distintos modelos hallados en las portadas de los templos.
El sonido evocador, lleno de resonancias primitivistas, inundó el Coliseo de la Cultura de Villaviciosa, lo mismo que antaño lo hizo en los templos de Hispania, antes de su desaparición en el siglo XVI.
Las jornadas se complementaron con los testimonios de varios peregrinos, en una mesa redonda sobre vivencias, la presentación del libro Sentimientos Peregrinos, de José Almeida Rodríguez, y un recital del cantautor sevillano Jose María Maldonado.
En el curso de los eventos, también participó Pablo Arribas Briones, escritor y experto burgalés, quien fue homenajeado por su amplia labor jacobea.
Con motivo del evento, en el centro cultural de Villaviviosa se presentó una exposición de fotografías y una bellísima colección histórica de certificaciones de peregrino, con materiales recopilados por Fernando Lalanda.
Peregrinos recibiendo alimento, en un relieve de la catedral de León.
Antonio Poves Olivan con uno de sus "organistrum".