París, 6 de abril de 2012
El pillaje parece estar afectando a lugares clave, de los que se roban piezas de museos y se extraen sin control materiales artísticos y arqueológicos.
Como en otras ocasiones similares, muchas de las piezas acaban nutriendo el comercio clandestino de arte, que compite con el de la droga en volumen económico.
Medios periodísticos internacionales afirmaron en las últimas horas que riquezas arqueológicas de lugares como Palmyra y Afamia estaban siendo saqueadas a pico y pala.
La agencia AFP publicaba ayer que en la ciudadela de Shaizar, encaramada sobre el río Oronte, ha sido perjudicada, mientras que al sur, en Apamea, una estatua romana en mármol has sido robada, según los expertos. Las piezas sustraídas, que transitan por Líbano y otros países vecinos, son en seguida vendidas en el mercado negro. También saqueada, la ciudad antigua de Ebla, en la provincia noroccidental de Idleb. Hace unos días, la UNESCO ya había dado la voz de alarma."Dañar el patrimonio de un país equivale a dañar el alma y la identidad de un pueblo", dijo la directora General de la UNESCO, Irina Bokova, quien pidió protección para el patrimonio cultural de Siria.
Seis sitios sirios: Damasco, Alepo, Palmira, Bosra, el Crac de los Caballeros y el Castillo de Saladino y los pueblos antiguos del norte de Siria están inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Otros muchos figuran en la Lista indicativa, como por ejemplo Apamea, donde según informes de prensa que cita la UNESCO la ciudadela de Madheq está siendo objeto de bombardeos.
La UNESCO advirtió a principios de año a las autoridades sirias de que son responsables de garantizar la protección del patrimonio cultural. "La situación se va haciendo más crucial hora tras hora", aseguró Irina Bokova. "Pido con urgencia a las autoridades sirias que respeten las convenciones internacionales que han firmado, en particular la Convención de 1954 para la protección de los bienes culturales en caso de conflicto armado, la Convención de 1970 sobre las medidas que deben adoptarse para prohibir e impedir la importación, la exportación y la transferencia de propiedad ilícitas de bienes culturales y la Convención del Patrimonio Mundial de 1972".
En el marco de la Convención de 1970, la directora General se ha puesto en contacto con la Organización Mundial de Aduanas, con INTERPOL y con los cuerpos de policía especializados en patrimonio de Francia e Italia para alertarles de la posibilidad de que objetos robados en Siria hagan su aparición en el mercado del arte. También ha pedido la movilización de todos los socios de la UNESCO para salvaguardar el patrimonio sirio.
Arco triunfal de arquitectura grecorromana, en Palmyra. Imagen Degeorges, © UNESCO
Antiguo templo grecorromano, en las ruinas de Palmyra, Siria. Imagen, Degeorges © UNESCO