México, 18 de noviembre de 2012
La muestra permite acercarse al florecimiento de la metalurgia entre los antiguos habitantes de aquel territorio sudamericano, a lo largo de dos mil años (500 a.C.- 1,500 d.C.).
La colección, procedente del Museo del Oro del Banco de la República de Colombia (Museo del Oro), aúna una diversidad de estilos producto de la combinación de distintas técnicas sobre diferentes aleaciones que dieron como resultado miles de objetos de calidad excepcional con las más variadas representaciones de hombres, animales y figuras geométricas, que encierran también un carácter mitológico y simbólico.
Tal riqueza artística se exhibe junto con piezas de cerámica, lítica, concha y hueso, en una muestra organizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) y el Museo del Oro de Bogotá, y se divide en seis ejes temáticos.
Orfebrería:
En América, la metalurgia fue descubierta hace 40 siglos, en la sierra sur del Perú, saber que llegó al territorio colombiano hacia el siglo VI a.C. La riqueza artística y tecnológica se sustentó en una prosperidad económica que permitió a una parte de la población dedicarse a la orfebrería, con la que se alcanzaron magnífica cotas creativas en la época prehispánica.
Gente dorada
Los conquistadores dieron originalmente el nombre de El Dorado al personaje central de un ritual de los pobladores de las tierras altas de Colombia, que cubierto con oro en polvo y molido, arrojaba desde una balsa a las aguas de una laguna, objetos de oro y esmeraldas como ofrenda a sus deidades. La gente dorada fue representada en infinidad de formas por los orfebres prehispánicos de Colombia. En máscaras, pectorales, narigueras, colgantes, alfileres, poporos, o como figuras votivas para arrojar a las lagunas.
Animales de fábula
La variada fauna de Colombia ofrecía al orfebre prehispánico una inagotable fuente de inspiración. Serpientes, ranas, murciélagos, aves, venados, jaguares, lagartos, caracoles, de incontables especies, forman parte de la fauna dorada. Cada animal representado tenía poderosas asociaciones simbólicas para el hombre prehispánico.
El hombre animal
Son frecuentes en la orfebrería prehispánica las figuras que combinan rasgos humanos y animales. Hay hombres-jaguar, hombres con cola de simio, hombres-pez y, sobre todo, hombres-ave cuyas piernas humanas se convierten en cola y los brazos, en alas.
Abstracción y naturaleza
En la orfebrería prehispánica de Colombia no existe antagonismo entre la representación abstracta y la naturalista. Cada pieza conjuga formas que evocan siempre lo que captan los sentidos, y siempre lo ideal, lo que no adquiere realidad más que en la obra de arte. Inclusive, en las piezas más abstractas hay referencias directas a la experiencia sensorial. Pero en todas las figuras, incluyendo a las más realistas, hay cierto grado de independencia del mundo real, lograda por medio de esquematizaciones, distorsiones y combinaciones imaginarias.
Universo visual
El orfebre prehispánico construyó un universo visual de inmensa riqueza, a partir de elementos siempre presentes en la expresión artística: la línea recta, el círculo, el cuadrado, el triángulo, la espiral, y sus combinaciones, sus deformaciones, sus reinterpretaciones y sus proyecciones en el espacio. Es un universo que integra lo natural y lo sobrenatural, lo sagrado y lo profano, el hombre y el animal, el alma y el cuerpo, lo abstracto y lo figurativo, la naturaleza y la cultura, el oro y el cobre.
Museo Nacional de las Culturas. Sala de Exposiciones Internacionales. C.Moneda 13. Centro Histórico de Ciudad de México, junto al Palacio Nacional
Colgante antropozoomorfo. Región Tairona – Periodo Tairona 900 d.C. – 1700 d.C. Fundición a la cera perdida.
Pectoral circular. Región Calima-Malagana. Periodo Yotoco 200 a.C. – 1300 d.C. Martillado y repujado.
Nariguera de forma compuesta. Región Calima-Malagana – Periodo Yotoco 200 a.C. – 1300 d.C. Martillado.