Salamanca, 14 de noviembre de 2012
Las empedradas calles de Salamanca dan paso a un elenco de edificios monumentales que albergan numerosas historias y leyendas. Viajar a esta ciudad es sumergirse en un mundo de sueños patrimoniales, culturales, arquitectónicos, históricos, naturales y gastronómicos. Todo un conjunto de grandes tesoros que hacen que esta urbe sea reconocida a nivel internacional.
El casco antiguo, abierto las 24 horas, enamora a cada paso y a cada rincón. Por estas calles empedradas han vagado personajes relevantes de la Historia universal, como Cristóbal Colón, Antonio de Nebrija o Santa Teresa.
Visita obligada es su Plaza Mayor, uno de los espacios abiertos más bellos y grandes de España y uno de los monumentos barrocos más destacados del urbanismo y de la arquitectura de nuestro territorio. Este amplio escenario cuenta con una galería de 88 arcos decorados, en la parte superior, con retratos labrados de personajes de la historia de Salamanca. La plaza es lugar de reunión tanto para peregrinos como para los habitantes del lugar. De sobra es conocida la Noche Vieja Universitaria, un evento que se celebra el 13 de Diciembre y donde se congregan los estudiantes para despedir el año con sus compañeros.
Otros edificios de gran interés para el viajero son el Palacio de Anaya, actual Facultad de Filología; La Catedral Nueva y La Vieja (con la figura del astronauta incorporada en la última restauración); La Casa de las Conchas, un palacio gótico que actualmente es la biblioteca pública de Salamanca; La Universidad Pontificia, fundada por el Rey Alfonso IX de León en 1219; O la histórica Universidad de Salamanca, ubicada en la Calle Libreros, joya del arte renacentista español y una de las construcciones salmantinas más importantes. Allí tiene lugar uno de los reclamos turísticos más destacados, se trata de la famosa ‘búsqueda de la rana’, una actividad que reúne cada día a una gran multitud de curiosos que ansían la suerte de encontrar la figura de este anfibio.
Para continuar el recorrido, Salamanca ofrece una gastronomía capaz de deleitar los paladares más exigentes. La manera más fácil para descubrir la gastronomía charra es callejear y mezclarse con los salmantinos y vivir la experiencia real del tapeo, donde priman los productos de la tierra y las recetas tradicionales como los embutidos de Guijuelo, la chanfaina o el famoso hornazo, una empanada rellena de chorizo, lomo, jamón o tocino,. Para el viajero ‘tapear’ en esta ciudad es sinónimo de saciar su apetito a un precio accesible para todos los bolsillos.
Con el estómago lleno se despiertan las ganas de disfrutar de un postre, sentado en alguno de los cafés o terrazas que el viajero encuentra en el paseo. Y más tarde, con las pilas cargadas, es el momento perfecto para conocer la Casa Lis, un edificio contemporáneo de imponentes vidrieras que, actualmente, alberga el Museo de Art Nouveau y Art Decó. También destaca el Huerto de Calixto y Melibea, un jardín que se encuentra en la antigua muralla que da al río Tormes. Un espacio verde muy visitado por los viajeros que fue el escenario imaginario de la historia de los protagonistas de la obra de Fernando de Rojas, ‘Calixto y Melibea’ publicada en 1502.
Guía de Salamanca: http://www.guiarte.com/salamanca/
La Catedral Nueva, en la plaza de Anaya. En frente el Palacio de Anaya, que da nombre a la plaza. Foto Guiarte Copyright
La catedral, con su mezcla románica y de gótico tardío, es la silueta que domina la ciudad de Salamanca. Foto guiarte