Doñana, 6 de abril de 2016
Según ha anunciado WWF, el último censo realizado sobre el lince ibérico por la Junta de Andalucía (coordinadora del proyecto Life+ Iberlince) muestra un aumento significativo de la población, con una cifra de 404 individuos, que supera los 327 registrados en el año 2014. Se trata del mejor dato de los últimos 15 años. Con estas cifras esperanzadoras, el objetivo más urgente es poner freno a las dos grandes amenazas que acechan al felino: los atropellos en carreteras y sobre todo la escasez de conejos, su principal alimento.
El estudio identificó 120 hembras reproductoras divididas en cinco zonas de la Península Ibérica, incluyendo cuatro en España (Doñana, Sierra Morena, Montes de Toledo y el Valle Matachel), así como en el Vale do Guadiana de Portugal. La investigación muestra que el lince ibérico se está expandiendo más allá de las fronteras de Andalucía, con el crecimiento en regiones de Castilla-La Mancha y Extremadura de España, así como en Portugal. En 2015, el primer nacimiento de las especies en la naturaleza fuera de Andalucía se confirmó en Extremadura.
WWF valora muy positivamente este censo, que confirma que la evolución de la especie continúa siendo favorable, a pesar de la crítica situación del conejo de monte en la mayor parte de la Península Ibérica y en particular en sus dos áreas de distribución histórica (Sierra Morena y Doñana). Los seguimientos realizados dentro del proyecto Iberlince indican que, debido al impacto de la nueva cepa de la enfermedad hemorrágico vírica (RHD), las poblaciones han caído más de un 50% en la mayor parte de las zonas linceras. Esta situación es especialmente preocupante en el entorno de Doñana, cuya población, pese a mantener un alto número de hembras territoriales, se ha visto reducida por segundo año consecutivo a valores de hace cinco años y con un número de cachorros muy bajo.
Luis Suárez, responsable del programa de especies de WWF España comenta que este es un hito histórico que anima a la organización a reforzar las acciones de compromiso y de conservación para proteger esta especie aún en grave peligro. Según Suárez, "Es esencial que las autoridades competentes tomen medidas para implementar acciones de recuperación para evitar una catástrofe ecológica real dado el papel clave del conejo en los ecosistemas mediterráneos". Suárez concluye: “Con el proyecto SOS conejo que estamos desarrollando con el apoyo de la Fundación Biodiversidad, pretendemos poner en común el conocimiento sobre esta especie y proponer medidas para su recuperación”.
El informe muestra otro dato trágico, el de la elevada mortalidad del lince causada por accidentes de tráfico con un total de 51 linces muertos en las carreteras durante los últimos tres años. Este fue el detonante para que WWF iniciara la campaña online ‘Ni un lince más atropellado’, que ya cuenta con el apoyo de casi 22.000 personas y que ha posibilitado, gracias también a la respuesta de las administraciones competentes, que en 2015 se frenara la tendencia al alza de los atropellos, con un total de 15 linces muertos en las carreteras (solo 10 en Andalucía), frente al máximo histórico alcanzado en 2014, con un total de 22 linces atropellados (21 en Andalucía).
Para WWF un elemento muy positivo es que se empieza a consolidar la presencia del lince más allá de las fronteras de Andalucía, gracias al trabajo realizado por el proyecto Life+Iberlince. Aunque todavía es prematuro hablar de nuevos núcleos poblacionales, los buenos resultados que se están consiguiendo con las reintroducciones, cuya mortalidad es en todos los casos inferior al 50%, invitan al optimismo.
El lince ibérico (Lynx pardinus, Temmick, 1827) forma parte de la línea evolutiva de los grandes carnívoros (tigres, leones, jaguares y leopardos) de los que se separa hace tres o cuatro millones de años. Por su apariencia física, frecuentemente se asocia a cualquiera de las otras líneas de felinos existentes, pero el lince ibérico está más próximo a un tigre que a un gato en la escala evolutiva.
El lince es un carnívoro de mediano tamaño. Su peso medio ronda los 12,5 kg, con una longitud media de unos 80 cm y una altura de unos 45 cm, que le dan un aspecto grácil. Sus características más llamativas son los pinceles, las barbas y la cola corta, con un borlón negro. A estas se le suman unos llamativos ojos frontales, que le dan precisión en la medición de distancias propia de cazadores de cortas distancias; grandes globos oculares que le permiten ver en condiciones de baja luminosidad; orejas triangulares, antesala de un oído fino capaz de detectar el caminar de las patas insonorizadas por pelos de los conejos; y garras desproporcionadamente grandes, para apresar con firmeza sus presas, con aguzadas uñas retráctiles para impedir su escapatoria. Sus largas patas traseras permiten desarrollar saltos muy ventajosos en la caza, y su pelaje moteado le proporciona la capacidad de mimetizarse con los matorrales.
Programa de conservación del Lince Ibérico. Foto World Wide Fund For Nature.
José Antonio Bañez Díaz. Life+IBERLINCE.
José Antonio Bañez Díaz. Life+IBERLINCE.
Programa de conservación del Lince Ibérico. Foto World Wide Fund For Nature.
Manuel Moral Castro. Life+IBERLINCE.