Santiago de Compostela, 8 de enero de 2016
José Suárez es una figura clave en la historia de la fotografía del siglo XX. ‘José Suárez. Unos ojos vivos que piensan’ tiene el objetivo de contribuir al descubrimiento de su figura y de su trabajo a través de una selección de obras y materiales de gran valor, que acreditan la calidad artística de un artista hasta ahora alejado del gran público.
La Cidade da Cultura expone por primera vez todas las series fotográficas de José Suárez, y nos descubre al fotógrafo artista, al profesional dotado de una fuerte visión humanista, al innovador que decidió incorporar a la fotografía los movimientos de vanguardia europeos.
La muestra, que podrá visitarse hasta el próximo 27 de marzo de 2016 en el Museo Centro Gaiás, reúne un total de 206 fotografías y 150 objetos personales, que permiten comprender mejor la evolución creativa de José Suárez y situar su vida como un territorio donde encontrar las claves para entender sus imágenes. Regalos de Unamuno, pinturas de Alberti o cartas de Pérez de Ayala se mezclan con algunos de sus trabajos.
José Suárez
José Suárez (Allariz, 1902 – A Guarda, 1974) es una de las figuras más destacadas de la fotografía gallega del siglo XX. En una época en la que predominaban los fotógrafos por encargo y una visión costumbrista de la sociedad gallega, la obra de Suárez se revela para reflejar una gran preocupación humanista, incorporando novedades formales propias de los movimientos de vanguardia europeos como la nueva visión o la nueva objetividad.
José Suárez gozó de una sólida formación intelectual, que además de reflejarse en su fotografía, propició su relación con figuras de la talla de Miguel de Unamuno, Rafael Alberti o Ramón Pérez de Ayala.
Años 30
Una cámara, regalo de su padre tras completar el bachillerato, marcaría el destino de José Suárez. Su actividad fotográfica comienza en la década de los 30 en Salamanca. Allí entra en contacto con las vanguardias europeas y con figuras de referencia como Unamuno y Ortega y Gasset.
Suárez comienza a realizar naturalezas muertas en las que estudia cuidadosamente la composición y la luz. De esta época son también los conocidos retratos de Unamuno, así como fotografías de paisajes en las que ya aparece un elemento que será fundamental en su obra: el hombre.
En la primera mitad de los 30 realiza en Galicia las que con el tiempo serían algunas de las series más conocidas: Mariñeiros, A Malla, Oleiros, Beiramar... Un conjunto de imágenes de gran interés etnográfico caracterizadas por una cuidada realización fotográfica. Los picados, contrapicados, fragmentaciones y composiciones en diagonal que emplea son propias de la experimentación formal que caracterizó a la Nueva Visión y que aparecen con frecuencia en las imágenes de los fotógrafos europeos vanguardistas de entreguerras.
Exilio
El espíritu liberal y democrático de José Suárez provoca un exilio forzoso tras el alzamiento militar fascista, emprendiendo una travesía marítima a Argentina. La marcha sería especialmente dolorosa, Suàrez se separa de familia, amigos y de su tierra, pero además, este exilio supondría la ruptura de su matrimonio con Mary Santiago Mirat, que no quiso acompañarlo.
En lo profesional, el exilio impide a Suárez seguir con el interesante trabajo fotográfico que había iniciado.
José Suárez volverá a rodearse de la intelectualidad gallega y española en el exilio: desde Rafael Alberti o Ayala a las principales figuras del galleguismo como Blanco Amor, Seoane o Dieste. Junto a ellos colabora en diferentes revistas y da a conocer su obra.
En Argentina, la actividad más importante que realiza es en el cine, donde participa como director, director de fotografía de exteriores, iluminador, ayudante de dirección o asesor técnico. Además, continúa con su actividad fotográfica, como corresponsal de periódicos y publicaciones. Su mirada personal volverá a predominar en series como La Pampa, los ovejeros de Tierra del Fuego, Santiago del Estero o los paisajes de la Patagonia.
Los viajes serán una constante en la vida de José Suárez: Argentina, Uruguay, Chile, Brasil, Sudáfrica, Filipinas... aparecerán retratadas a través del objetivo de su cámara. Pero el viaje más importante de su vida será, sin duda, el realizado a Japón en 1953. Durante dos años se aproximará a su cultura, a su filosofía de vida y a sus tradiciones.
Retorno
Una fuerte nostalgia por la tierra propicia el regreso anticipado de José Suárez a Galicia. A pesar de que el régimen fascista había suavizado la represión, en 1959 la dictadura seguía negando todo tipo de libertades. Desalentado, Suárez viaja nuevamente a Japón, donde entrevista a Kurosawa, aunque el trabajo conseguido en este viaje no suscita el interése del realizado en la década anterior.
A mediados de los 60, realiza la serie sobre La Mancha, caracterizada por su destreza técnica, extensión y profundidad. Este trabajo le sirve para ponerse en contacto con la editorial Cassell & Company de Londres, que le encarga en 1966 un libro sobre el mundo de los toros: The Life & Death of the Fighting Bull, que se publicará al año siguiente. Además, durante esta década, José Suárez realiza más de medio centenar de reportajes sobre ciudades españolas y europeas.
De vuelta a Galicia continúa con sus reportajes sobre las ferias y el mundo del mar, y realiza tertulias rodeado de sus amigos, y deja la fotografía. La sofocante situación cultural que lo rodea, la falta de reconocimiento y las dificultades económicas llevarán a José Suárez a una fuerte depresión que desembocaría en su muerte en 1974 en A Guarda.
América do Sur 03. José Suárez.
Glyndebourne 06. José Suárez.
La mancha 07. José Suárez.
Shensui Ito. José Suárez.
Touros 02. José Suárez.