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Bilbao 10 de junio de 2000
La exposición, titulada De Degas a Picasso: pintores, escultores y la cámara es una importante muestra que se ofrece al amante de la fotografía y el arte, en el museo Guggenheim, desde el pasado 6 de junio al 10 de septiembre, reuniendo más de 350 óleos, esculturas, trabajos en papel y fotografías fechadas entre 1860 y 1940.
Se exhiben obras de catorce artistas, en un intento de analizar el modo en que influyó la fotografía en los artistas en los albores del siglo XX. La muestra está patrocinada por Iberdrola y el BBVA.
De Degas a Picasso: pintores, escultores y la cámara, es una exposición organizada por el Dallas Museum of Art.
El visitante contempla piezas de artistas destacados e influyentes como Pierre Bonnard, Constantin Brancusi, Edgar Degas, Paul Gauguin, Fernand Khnopff, Gustave Moreau, Alphonse Mucha, Edvard Munch, Pablo Picasso, Auguste Rodin, Medardo Rosso, Franz von Stuck, Félix Valloton y Édouard Vuillard.
Los artistas europeos de finales del siglo XIX se esforzaron por encontrar un sentido a una nueva técnica, la fotografía, y explorar su papel dentro del mundo del arte. Al igual que la tecnología de hoy, estos autores hallaron formas para dar respuesta a este nuevo medio en sus pinturas y esculturas.
Valiéndose de la cámara, aprovecharon la oportunidad que les brindaba esta técnica para investigar sus temas de forma más intensa o para fotografiar sus propias obras con objeto de observarlas bajo otra luz. Los artistas se sentían entusiasmados ante la capacidad que mostraba la fotografía para revelar lo que el ojo no podía ver -las fotografías de rayos X, las fotografías de acción y la doble exposición ayudaron a estos artistas a la hora de captar las imágenes-.
Las obras seleccionadas ilustran como los artistas reaccionaron y utilizaron la fotografía. La muestra presenta asimismo reproducciones de fotógrafos profesionales de la época, entre los que destacan Edward Steichen y Eadweard Muybridge, además de otras fotografías populares, como postales e instantáneas.
La característica común a aquellos artistas de fin de siglo se expresó a través de la filosofía de Henri Bergson y Sigmund Freud, quienes hicieron tambalear la noción de una realidad perceptible y universal a favor de una visión del mundo real, subjetiva y subordinada al espacio y tiempo. Esta noción prendió en los artistas simbolistas, y en aquéllos influenciados por sus ideas, hasta el punto de arrojar luz sobre el terreno psíquico y mental incapaz de ser revelado mediante la mera imitación de la naturaleza.
La técnica de la fotografía proporcionó la metáfora perfecta para destapar detalles que el ojo humano pasaba por alto, sacando a la luz precisamente lo que permanece oculto a la visión. La evolución de la fotografía en este período simbolista tuvo una repercusión fascinante y a menudo desconocida en los artistas, incluso en algunos como Edgar Degas, quien no estaba especialmente comprometido con el movimiento simbolista. Edgar Degas gustaba de experimentar con un equipo complicado, y ya para entonces pasado de moda, para explorar en este medio los motivos y temas estéticos que le interesaban. Los retratos de sus modelos en una oscuridad casi total ponen de manifiesto una búsqueda de ese algo de sus personalidades imposible de ver a la luz del día.
A principios del siglo XX, la interacción de Picasso con la fotografía abarcaba desde retratos a amigos realizados por el amateur entusiasta, pasando por registros fotográficos de sus obras en proceso, hasta la colección de imágenes de postales que reproducen obras de viejos maestros.
Otros artistas presentes en la muestra utilizaron la fotografía para despertar su imaginación o su memoria, tal y como se aprecia en las obras de Paul Gauguin. Los cuadros tahitianos de Gauguin a menudo estuvieron inspirados en postales y otras imágenes fotográficas de lugares exóticos -como las tallas en relieve de Borobudur o los frisos del Partenón de Atenas- que más tarde le acompañarían en sus viajes a los Mares del Sur.
La exposición también analiza la compleja noción de la fotografía como una forma de arte en una época en la que, frecuentemente, era menospreciada como una simple herramienta mecánica -incluso por los propios artistas que la utilizaban tan profusamente-. A pesar de que muchos de los artistas incluidos en esta exposición mostraban públicamente su rechazo hacia la fotografía, cada uno de ellos mantuvo un diálogo muy creativo con dicha técnica.