París, 7 de junio de 2000. Por Eugene Cirols
Si un día Picasso quedó deslumbrado al descubrir París, en este final del milenio, muchos amantes del arte han quedado boquiabiertos al comprobar que el genial pintor también tiene una increíble obra en materia de escultura.
Desde el siete de junio, cuando la ciudad parece haberse vestido de verano, la luminosa planta superior del Centro Pompidou alberga una muestra de elevado interés, donde se descubre cómo con materiales absolutamente diversos, desde restos de teja a madera, chapa o cartón, el pintor malagueño derrocha fantasía para definir un mundo mágico, hasta ahora casi únicamente conocido a través de sus cuadros.
Picasso muestra que no fue un mero y ocasional amante de la escultura, sino uno de los grandes escultores del siglo XX, como se manifiesta en la retrospectiva sobre esta faceta artística suya, en el Museo de Arte Moderno. Este es –dice textualmente el programa veraniego del Centro- uno de los secretos mejor guardados del arte del siglo XX.
La muestra se prolongará hasta el próximo 25 de septiembre y cuenta con un conjunto de 300 obras creadas con todo tipo de materiales, formas, técnicas, inspiraciones y dimensiones.
Ver sus esculturas, obras absolutamente increíbles, que van más allá del siglo XX, es una verdadera revolución, que colocará a Picasso en la actualidad artística de hoy, lo que sorprenderá a todos los que pensaron que había quedado atrás, afirmó a EFE Werner Spies, comisario de esta muestra retrospectiva expuesta en la sexta planta del Centro Pompidou.
Picasso, agregó, no está muerto, está ahí, presente, con un arte que podría calificarse de eterno, ya que hay piezas que pudo haber hecho en el período prehistórico, egipcio, clásico, en el siglo XIX, hoy o mañana.
El comisario de la muestra dijo que el genial malagueño fue uno de los primeros en romper la noción de eurocentrismo, relacionada con el orgullo europeo que cree que todo lo grande ocurre en Europa. Fue quien estudió verdaderamente el arte africano, el arte de Oceanía, el arte ibérico, que en su época era considerado como un arte más bien primitivo, inspirándose en todo ello.
Picasso (1881-1973) se dedicó muy joven a la escultura y en 1906 realizó sus primeros trabajos en madera, un material despreciado por los artistas del siglo XIX. Su trabajo con el metal data de 1927, cuando colaboró con Julio González, a quien influyó de manera decisiva mientras aprendía la técnica del bronce. A partir de 1930 trabajó el yeso en abundancia. La arena, el papel, la cuerda, el cartón y la chapa fueron otros de los materiales empleados por el escultor.
En el Centro Pompidou se exhibe una magnífica muestra de Picasso escultor.