Astorga, 27/11/2023
La obra es muy expresiva. En ella aparece un paisaje de aire “naif”; por la izquierda avanzan unos “dragones” del ejército napoleónico; en la parte opuesta del cuadro un sacerdote ora ante la imagen de la Virgen. Es una escena ocurrida en el norte de la comarca de la Cepeda, pintada hace más de dos siglos, que narra un hecho de la Guerra de la Independencia.
Se trata de un exvoto entregado a la patrona de la Cepeda, la Virgen del Socorro, venerada en el templo de Donillas, por un sacerdote que se vio en peligro de muerte en un momento dramático de dicha Guerra, quien ofreció esta aportación si salvaba la vida, tal como se relata en le escritura que, en medio del cuadro, explica el motivo de la ofrenda.
La obra está caracterizada por una realización muy sencilla, simplicidad en las formas y en el uso de colores muy vivos; una pintura de estilo poco académico, pero muy expresiva.
Este cuadro forma parte del conjunto de ofrendas que quedan en la humilde iglesia actual de Donillas, y que muestran la devoción popular a la Virgen del Socorro; una pintura que estaba prácticamente oculta por el efecto de la suciedad, la humedad, los humos, craquelados y desconchones.
Ahora, el cuadro ha vuelto a recobrar su viveza, merced a la generosa actuación del destacado pintor leonés Benito Escarpizo.
El valioso patrimonio de la Cofradía
El inicio de la operación de salvamento tuvo lugar hace unos dos años, cuando unas integrantes de la cofradía de la Virgen del Socorro le mostraron a Tomás Álvarez diversos elementos del templo, entre ellos los exvotos de cera, las pinturas y los abundantes ropajes que aún se conservan, de la época “dorada” de aquella devoción mariana.
Con el presidente de la asociación cultural cepedana, Rey Ordoño I, Saturio Aller, se consideró pedir ayuda al pintor Benito Escarpizo para hacer una operación de salvamente del cuadro, en la que la Asociación asumiría los costos materiales de la ejecución. La idea fue acogida con satisfacción por este artista, quien indicó, además, que los costos materiales eran pequeños y que él se encargaría de todo.
Finalmente, se le entregaron al pintor dos obras, para su revisión. El cuadro de los dragones de la Guerra de la Independencia, y otro, en un estado aún más precario, en el que se refleja el atropello de un niño de año y medio de edad, en Sueros, por un carro cargado de abono.
Labores de recuperación.
Los trabajos de recuperación han sido lentos por las profundas labores de limpieza superficial, la fijación del craquelado de los cuadros y presencia de hongos. Se fijaron las partes craqueladas; se recuperaron en la medida de lo posible los textos y desconchones; se tiñeron partes saltadas, y se aplicó en varias fases un barniz semibrillante, tal como explicó Escarpizo en una rueda de prensa celebrada en el Hotel Ciudad de Astorga.
Con todo ello, las dos obras - y en especial la relativa a la Guerra de la Independencia- han “revivido”, recuperado claridad y vigor. Escarpizo ha intervenido en ellas manteniendo el respeto debido a las mismas y evitando pinturas con fines creativos que pudieran alterar tanto la temática como la calidad cromática y la lectura de la obra original.
Tomás Alvares, como portavoz de la Asociación Rey Ordoño I, agradeció la labor de Benito Escarpizo y destacó que esta iniciativa altruista, debería ser el inicio de una labor de recuperación de la historia y el patrimonio las edificaciones vinculadas a la Virgen del Socorro, en donillas.
Por su parte, el alcalde de Quintana del Castillo destacó también la labor del pintor Escarpizo que ha dado nueva vida a un cuadro de interés etnográfico, religioso e histórico, y se mostró partidario de continuar la con la recuperación del patrimonio de la cofradía. La iglesia de Donillas - dijo- debe ser un activo de valor no sólo para las gentes cepedanas, sino para los peregrinos que pasen por este lugar siguiendo los pasos de peregrinación que marcó hace siglos Hermann Künig, en la primera guía escrita para los caminantes hacia Compostela.
Una historia que entró en la leyenda.
La Virgen del Socorro se veneraba en la antigüedad en un santuario existente en San Pedro, un pueblo desaparecido, ubicado entre Donillas y Sueros, lugar que debió quedar despoblado en el entorno de los primeros siglos de la Edad Moderna, tal vez por alguna de las pestes que acabaron también con otros lugares de la comarca de la Cepeda, como Perales y San Cil.
La devoción continuó en el despoblado hasta el siglo XVIII, cuando se decidió repartir las pertenencias del santuario. Es fama que los vecinos de Sueros y los de Donillas se disputaban especialmente la imagen de la Virgen, la más venerada de la comarca, pero los bueyes que tiraban del carro que llevaba la imagen se obstinaron en tomar el camino hacia Donillas, lo que fue interpretado como una señal de que la Virgen quería quedar en este último lugar.
El edificio del viejo santuario de San Pedro parece que era de estilo románico. De hecho sus piedras se emplearon, en el final del siglo XVIII en la mejora de la iglesia de Sueros, por lo que esta última conserva en su estructura diversas marcas de canteros medievales.
En el acto de presentación a la prensa de los cuadros estuvieron presentes tanto el pintor Benito Escarpizo, como Tomás Alvarez, en representación de la Asociación Rey Ordoño I; junto con el alcalde de Quintana del Castillo, Manuel Menéndez, y el titular de la Junta vecinal de Donillas, Javier Calvo, quien recibió los dos cuadros recuperados ahora.
Presentación del cuadro a los medios informativos. En la iamagen Javier Calvo, Manuel Menendez, benito Escarpizo y Tomás Alvarez
El cuadro en su estado anterior, profundamente deteriorado.
La limpieza progresiva del lienzo hizo el milagro de dar nueva vida a una obra practicamente perdida. y que ahora volverá a lucir en Donillas.
Otro exvotoa la Virgen del Socorro, ofrecido por la salvación de un nño de año y medio atropellado por un carro.