Venecia es una ciudad a punto de ser devorada por el turismo. Al igual que Saturno devoraba a sus propios hijos, el éxito económico del turismo devasta a esta mítica ciudad cada vez más despojada de su esencia urbana.
Ya en 1987, la ciudad entró en el listado del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Entonces se valoró que esta urbe lacustre de profunda historia es una obra maestra de la arquitectura, en la que se albergan tesoros de historia y de la arte que nos acercan a grandes genios como Tiziano, Veronés y Tintoretto.
Pero a medida crece su atracción turística merma su latido vital como ciudad. Cada vez quedan menos venecianos - y más ancianos- en un centro histórico convertido en un espacio de "monocultivo" dedicado al turismo. El conjunto urbano pierde su esencia y Venecia queda reducida a poco más que un parque temático.
Y para que Venecia perviva es necesario que siga sdiendo una ciudad, un lugar donde habiten jóvenes y correteen los ninos. Pero estos apenas existen y los jóvenes no tienen oportunidades laborales ni posibilidad de encontrar pisos, encarecidos por el negocio unico, el turismo.
Cada vez Venecia se asemeja más a una Disneylandia, un grandioso escenario legado por la historia. Pero la ciudad -la vida urbana propia- muere.
En las últimas decadas, mientras el numero de habitantes se reducía practicamentre a la mitad, en el centro veneciano, el turismo se multiplicaba y entre la menguada población local han surgido movimientos contra esa explotación salvaje que ahoga a la urbe.
Tambien los propios turistas que han visitado la ciudad en varias ocasiones dan la voz de alarma. Mientras desaparecen los negocios tradicionales y las tiendas de elementos de uso común, florecen los establecimiento de objetos de recuerdo y de hosteleria. Pero ese crecimiento sólo es numérico, no de calidad. Crece la sensación de explotación entre los turistas; la sensación de que quienes están en el negocio turistico piensan unicamente en su rentabilidad y no en la ciudad. Abunda el trato deficiente... e incluso el timo.
Tanto la propia UNESCO como otras instituciones e intelectuales han advertido el problema. De no intervenir, el poder económico del turismo explotará a la urbe hasta dejarla inerte.
La UNESCO pidió una valoración del problema en 2014 que debería conocerse en 2016. El organismo expresó su preocupación por el alcance de proyectos de infraestructura, de navegación y construcción en la laguna capaces de causar transformaciones irreversibles.
También mostró su preocupación por los impactos ambientales negativos provocados por los barcos de motor medianos y los buques de gran tonelaje e instó al Estado parte a dar prioridad al desarrollo de una estrategia de turismo sostenible.
Venecia tiene muchos problemas de futuro. A los citados también habrá que anadir el del Cambio Climático.
Las autoridades italianas deben tomarse en serio la defensa de Venecia frente a todos ellos. Han de defender la esencia fisica y humana de esta ciudad. Venecia no debe ser un cascarón vacio.
Cruceros en Venecia. Imagen de Guiarte.com
Palacio Ducal de Venecia. Imagen de Guiarte.com