Guía de Tréveris

La Roma germánica

Hasta seis emperadores romanos vivieron en la ciudad alemana de Tréveris (trier), situada cerca de la frontera de Luxemburgo.

La ciudad se encuentra poblada actualmente por unos cien mil habitantes, casi los mismos que tuvo en el siglo IV, en su época de mayor apogeo.

Una edificación del siglo XVII, en el entorno de la popular Hauptmarkt, tiene un letrero que llena de orgullo a los habitantes de la urbe: “mil trescientos años antes de Roma, Tréveris existía”. Un mito amado por los locales.

La urbe se asienta al lado del río Mosela, que llega caudaloso de las tierras francesas, camino del Rin, en un paisaje atractivo en el que abundan los viñedos. De hecho, Tréveris es una ciudad muy ligada al vino, y existen numerosas casas con bodegas que así lo atestiguan.

Tréveris es una población de Renania Palatinado, la principal capitalidad romana en tierras alemanas, y se distingue por los numerosos restos de aquella lejana época que perviven –visibles o no- en la trama urbana y en los museos.

Esta población es desde 1986 Patrimonio Mundial de la UNESCO, por agrupar bienes culturales de notable interés, que muestran su importancia en la antigüedad y su poderío episcopal del medioevo.

La historia de Tréveris

Augusto la fundó y le dio su nombre, cuando los Trevires acataron al poder romano, hacia el año 15 a.C.

Fue la urbe Augusta Treverorum ciudad en la que confluían tribus germánicas y célticas con el colonizador latino.

En el final del siglo III alcanzó el rango de capital del imperio occidental de Roma; con Constantino se dotó de una grandiosa muralla que testificaba dos cuestiones: la grandeza de la urbe y el creciente peligro de las invasiones. Por esa época se creó el arzobispado de Tréveris, el primero en suelo alemán.

La presión de las tribus germánicas aconsejó trasladar, al final del siglo IV, la capitalidad a Milán y en el 470 cayó la urbe en poder de los francos.

El poderío religioso de la ciudad se mantuvo y el arzobispo fue uno de los electores del Sacro Imperio Romano Germánico.

Pasó diversas vicisitudes bélicas por la Guerra de los Treinta años y otras confrontaciones con Francia, hasta que cayó en poder de Prusia, con el hundimiento del poderío napoleónico.

Es famosa la ciudad por ser el lugar de nacimiento de San Ambrosio, uno de los “padres de la Iglesia” (siglo IV) y de Carlos Marx, en 1818. También es famosa, en otro orden de cosas, por ser el lugar donde fue decapitado Prisciliano, un revolucionario obispo que encabezó una herejía que dominó en el noroeste de España durante varios siglos, hasta bien entrada la Edad Media.