Valencia, abril de 2007
Cada una de las exposiciones esta organizada en torno a los temas más frecuentados por el artista. Así tras las exposiciones: “Ignacio Pinazo. Inicios de la Pintura Moderna”, “Ignacio Pinazo: Historia, Estudios e Impresiones”, “El paisaje marítimo” y “Periferias” llega ahora esta muestra dedicada a la imagen de la infancia.
Pinazo que tuvo una infancia difícil y precaria a causa de su temprana orfandad, se vio obligado a desempeñar los más diversos oficios para poder sobrevivir desde muy joven, descubrió con fascinación el universo infantil, durante su segunda estancia en Italia a partir de la experiencia de la paternidad, con el nacimiento, en 1879, de su primogénito José, que le sirvió de inspiración para algunas de sus mejores obras.
La estancia en Italia le aportó el influjo de la cultura clásica que se aprecia en una serie de obras en las que los niños aparecen bajo la forma de dioses, amorcillos, ninfas y querubines, que evoca la antigüedad pagana, así en obras como Fauno niño, o Juegos ícaros. Pero también cuando desarrolla una pintura más cercana al realismo, los niños protagonizan retratos que muestran escenas de género de ambientación doméstica. Su interés hacia el retrato infantil se desarrolla entonces en su medio más íntimo y familiar, y multiplica las imágenes de José e Ignacio Pinazo en dibujos y apuntes al óleo.
Las imágenes con un niño en la cuna, en el suelo, dormido, riendo, llorando, comiendo o enfermo, se convierten en un ejercicio estimulante, en una atrayente fuente de inspiración. Con las que traza una biografía de la infancia y adolescencia de sus hijos en una especie de crónica o álbum familiar entre las que destacan obras como Cazando mariposas, Pepito con sarampión, Pompas de jabón o Ignacito llorando
En estas composiciones Pinazo que fue, sobre todo, uno de los grandes retratistas europeos de su tiempo, analiza del llanto a la risa, de las travesuras, al reposo y el sueño, las alteraciones y rabietas, incluso la enfermedad, parecen en un conjunto de pinturas y dibujos realizados sin presión alguna, creadas por puro placer y capricho, libre de todo compromiso, en los que podemos encontrar el Pinazo más íntimo y auténtico.
Los retratos infantiles de Pinazo no se circunscribieron a su medio familiar, sino que realizó diversos encargos de retratos infantiles. Aunque, hacia el final de su vida, volvió a su paleta la iconografía infantil realizando unos excelentes retratos de sus nietas María Luisa y Maria Teresa. Personajes que encontramos retratados en las esculturas realizadas por Ignacio Pinazo Martínez, padre de las niñas, que forman parte de la exposición.
Ignacio Pinazo: El retrato infantil. Del 26 de abril al 23 de septiembre
Pinazo fue uno de los grandes retratistas europeos de su tiempo, y pintó deliciosas obras relativas a los pequeños.