Málaga, 27 de enero de 2012
La exposición, comisariada por Fernando Francés, llama la atención por su tamaño: las dimensiones de las piezas llegan a ser diminutas, aunque con una intensidad que hace difícil no recordarlas una vez que se abandona la sala.
Nacido en Madrid, en 1975, este artista estudió en la Universidad de Yale de Estados Unidos y ha vivido doce años en Nueva York. Su trabajo muestra una visión muy particular del mundo del artista desde su estudio.
“Las obras tienen un punto de partida autobiográfico, centrado en lo doméstico y la vida en el estudio”. Con esta frase, Jerónimo Elespe resume la intención que hay detrás de su trabajo, que refleja el encuentro íntimo que hay en el proceso de crear cualquier obra artística, sea un cuadro o un libro, y el propio artista.
Ese momento es un paréntesis en el tiempo de creación y Elespe pretende captarlo, reflejarlo en sus obras como un espacio físico, visible a la percepción humana. Las 35 piezas que componen la exposición Tácitos y sordos muestran distintos paisajes, escenas, personas y miradas que inquietan al espectador. El efecto puede llegar a confundir y mezclar lo onírico y lo real a partes iguales.
Para el director del CAC Málaga, Fernando Francés: “La obra de este pintor despierta la inquietud del espectador, de la misma manera que queda la sensación de que está sacado directamente de una imagen ensoñada, de un paisaje o una figura onírica”
Sorprende -dice- la dimensión de la pieza, casi diminuta, en la que hay que detenerse y olvidarse del tiempo para adivinar qué esconden las pinceladas sutiles y, entender realmente que la dimensión no hace a una obra grande o pequeña, sino aquello que oculta. Pero también llama la atención la técnica (óleo sobre aluminio) que emplea se deja entrever el propósito del artista de convertir en objetos sus pinturas.
Diminutas pinceladas que impregnan los cuadros de una gama decolores grises, negros, blancos, violetas y azules, en las que se intuyen formas (Chaih–Kah, 2009–2011). Tamaños reducidos (6x4 cm, 15x10 cm, y las mayores de 50x35 cm), pero con un gran poder de atracción. Son imágenes que captan la vida doméstica del artista, las estancias y los objetos que hay en ellas, reflejando el mundo material y el universo imperceptible de la creación artística (Trastero, 2009-2011). Un proceso que se antoja largo, pero que cuando se ve el resultado final, se entiende por completo la dedicación y la intención de cada cuadro en el conjunto global de la exposición.
El artista concibe su obra como una especie de diario en el que refleja pincelada a pincelada, casi de una forma obsesiva,todo aquello que va experimentando, de ahí que tenga una marcada vertiente autobiográfica. Sus influencias pueden encontrarse en el mundo del arte, concretamente en la pintura (Morandi o Antonello de Messina), en el cine (Ozu), el cómic o la literatura (Poe, Ballard o Salinger).
Otra de las características de su trabajo es que en su obra no se sabe donde está el límite entre la imaginación del artista y el resultado final. A menudo, las imágenes aparecen borrosas, como si emergieran de un sueño o recuerdo lejano. Esa sensación queda de admirar el conjunto de su obra en la sala. La distancia que hay entre ellas, los espacios en blanco, la luz que hay en la estancia, y la arquitectura propia del edificio son otros elementos que influyen de la misma manera en la interpretación de su trabajo.
Elespe se ha formado académicamente en la Universidad de Yale. Ha expuesto en galerías neoyorquinas (Eleven Rivington y John Connely), en Munich (Von Lintel & Nusser) y españolas (AdHoc en Vigo y Soledad Lorenzo en Madrid) , siendo la exposición del CAC Málaga la primera individual en un centro de arte. En exposiciones colectivas, destacan Mass Art en Boston (2009), ArtNews Projects en Berlín (2008) y Visual Arts Museum at School of Visual Arts, en Nueva York (2001).
Jerónimo Elespe, en el CAC de Málaga