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Rauschenberg. Express

El museo Thyssen-Bornemisza, dentro de su serie de exposiciones Contextos de la Colección Permanente, presenta ahora “Rauschenberg. Express”, primera muestra organizada por el Museo dedicada a un artista vivo.

En esta exposición, que patrocina la Fundación Caja Madrid, se pretende documentar el proceso por el que el estadounidense Robert Rauschenberg llegó a la técnica de óleo y tinta serigrafiada -una de sus más importantes innovaciones- y cómo ésta se convierte en el principal componente de su estilo en torno al año en que fue pintado el cuadro Express, en 1963. Para ello, junto a este cuadro, la exposición reúne un total de dieciséis obras: otros seis óleos serigrafiados realizados en los años 1962 y 1963, una selección de ocho Cantos pertenecientes a una serie de treinta y cuatro ilustraciones sobre el Inferno de Dante -prestadas por el MOMA de Nueva York- y una obra sobre papel.

El objetivo de este tipo de exposiciones es el estudio en profundidad de una obra de la colección del museo: Este conjunto de obras presente en un mismo espacio permite contextualizar el óleo Express y analizar la invención de la técnica de transferencia que Rauschenberg comenzó a desarrollar en el año 1958 y que le permitió, a partir de entonces conjugar la pintura gestual y artesana con imágenes fotográficas.

El autor
Robert Rauschenberg, nacido en Port Arthur (Texas), en 1925, es un artista multidisciplinar -fotógrafo, pintor, escultor, grabador...-, prolífico e innovador, mantiene siempre un mismo espíritu crítico hacia las normas establecidas y voluntad experimentadora. Su búsqueda de nuevas formas de expresión en el arte le han convertido en uno de los artistas más influyentes en los jóvenes creadores de las últimas décadas del siglo XX.

Entre 1946 y 1947 estudió historia del arte, escultura y música en el Kansas City Art Institute y, poco después, entró en la Académie Julian de París. Fue alumno también de Josef Albers, Jack Tworkov y Franz Kline en el prestigioso Black Mountain College de North Carolina, una escuela multidisciplinar que, sin duda, contribuyó al desarrollo de su peculiar lenguaje artístico. Allí fue compañero del coreógrafo Merce Cunningham y del músico John Cage, con quienes colaboraría desde entonces. En 1951 realizó su primera exposición individual en la Betty Parsons Gallery y, un año después, viajó a Italia, Francia y España. Entre 1954 y 1965 fue el director de escena de la compañía de danza de Cunningham, en la que también colaboró John Cage.

En 1964, un año después de pintar Express y de su primera exposición retrospectiva, Rauschenberg se convirtió en el primer artista norteamericano en obtener el primer premio de pintura de la Bienal de Venecia, contribuyendo de manera decisiva a que el Pop Art se diera a conocer internacionalmente. Más tarde, en 1966, creó junto a varios científicos un grupo de experimentación de arte y tecnología con el fin de aplicar los últimos avances técnicos en el arte.

La trayectoria artística de Robert Rauschenberg ilustra la evolución que se produce en las décadas centrales del siglo XX desde el expresionismo abstracto dominante hacia las nuevas formas del Pop Art, cuyo punto de partida fue la toma de conciencia de la modernización tecnológica y de sus consecuencias culturales, lo que supuso un replanteamiento del proyecto de modernidad. Desde sus primeras obras, en la década de 1950, en las que desarrolló una pintura abstracta monocromática con los colores blanco y negro primero, y rojo después, y un marcado interés por el estudio de las distintas texturas, su obra evolucionó hacia un arte más personal. El contacto con otros grandes nombres del arte contemporáneo y la riqueza de la formación y de sus intereses profesionales, serán claves en el desarrollo de sus concepciones artísticas y en su interés por las modernas tecnologías y su incorporación en el proceso de creación artística.

De su amistad con Jasper Johns, que comenzó en 1954, surge una relación artística que se tradujo en la experimentación de ambos fuera del expresionismo abstracto dominante, aunque Rauschenberg mantuvo siempre en su obra algunos elementos de este movimiento, a la vez que se rebelaba contra él, y nunca quiso desechar por completo la figuración; precisamente, reconciliar ambas tendencias le supuso más de una década de análisis y experimentación. Johns y Rauschenberg fueron quienes sirvieron de enlace entre la generación de los artistas expresionistas abstractos más veteranos y los jóvenes artistas pop.

Hacia la mitad de los años 1950, Rauschenberg empezó a producir sus combine paintings, mezcla de pintura, assemblages y collages de fotografías y objetos encontrados, generalmente desechos de la sociedad de consumo.

En 1962 comenzó a experimentar un nuevo tipo de técnica artística que se convirtió en la base de su trabajo en los siguientes años: la serigrafía; técnica utilizada también por primera vez ese mismo año por Andy Warhol, aunque la forma de trabajar y la intención de ambos artistas sería muy distinta. Este método permitió a Rauschenberg incorporar en sus obras imágenes fotográficas ampliadas sobre paneles de seda sensibilizada, que luego transfería al lienzo, superponiéndolas y mezclándolas a modo de collage, y completando el conjunto con pintura al óleo. Las imágenes agrandadas eran reproducciones de fotografías suyas o de recortes de revistas, con acontecimientos históricos o de la actualidad y, muchas de ellas, se repetían sistemáticamente en distintas obras. Al haber sido agrandadas a una escala muy superior a la original, las fotografías adquieren un aspecto granulado que Rauschenberg explotó plásticamente al combinarlas con las gruesas y rápidas pinceladas al óleo con las que completa los cuadros.

Rauschenberg alcanzó su primer gran éxito popular con las pinturas serigráficas; con ellas, el artista logró no sólo resolver de forma brillante y audaz el problema de la reconciliación entre figuración y abstracción, sino también plasmar todo su universo visual. Las pinturas serigráficas son auténticas “cápsulas del tiempo”, logrando capturar y congelar el momento, el mundo en imágenes de la persona que vivió en el momento en que se pintan.

Express
Express es una de las pinturas serigrafiadas más importantes entre las que Rauschenberg realizó a comienzos de los años 1960 y que marcan la transición del artista hacia un estilo de madurez, en el que confluyen la representación figurativa y la action painting abstracta. Algunas de las fotografías que reproduce en este óleo ya habían sido utilizadas en otros trabajos y se repetirán en obras posteriores. El título del cuadro puede aludir tanto a un movimiento a gran velocidad como a algo muy preciso y exacto, o incluso a la expresión de un determinado impulso creativo. En cualquier caso, tanto el título como las imágenes que aparecen sugieren la idea de movimiento, velocidad, coordinación: un jinete sobre su caballo en el momento de saltar una valla, un grupo de bailarines en acción -sin duda, un homenaje a su amigo Cunningham-, un escalador encordado, o un desnudo bajando las escaleras, en clara alusión a la famosa obra de Duchamp, ya mítica en los Estados Unidos.

El Infierno de Dante
Rauschenberg experimenta por primera vez con la técnica de la transferencia o calcomanía en 1952, aunque no será hasta 1958 cuando empiece a desarrollarla, utilizando imágenes encontradas, yuxtaponiéndolas y dejándolas flotar sobre una superficie distinta a su contexto original. Estos dibujos transferidos suponen el primer paso en su producción hacia las obras pictóricas serigrafiadas. En la exposición pueden verse algunos ejemplos que ilustran este proceso, como la transferencia sobre papel Hallucination, de 1960, y, sobre todo, la selección de Cantos para ilustrar el Infierno de Dante; un proyecto en el que Rauschenberg estuvo implicado, casi en exclusiva, durante prácticamente dos años, entre 1958 y 1960. Se trataba de “traducir” las crisis artísticas e históricas contemporáneas en imágenes que, según su parecer, correspondían a las de la gran épica italiana del Renacimiento. Su objetivo era contemporizar la narración y la ilustración, utilizando imágenes sugerentes encontradas en revistas del momento. Al transferirlas desde una superficie a otra, dejando huellas del proceso y de la reconstrucción artística, Rauschenberg resuelve el problema fundamental que constituía un obstáculo para su futura evolución; inventa un nuevo modo de representación que no implica recurrir al dibujo o a la pintura tradicionales ni, tampoco, renunciar a la figuración.

FICHA DE LA EXPOSICI"N
Título: Rauschenberg. Express
Fechas: Del 7 de noviembre de 2006 al 17 de enero de 2007
Número de obras: 16
Comisario: Barbara Rose
Dirección: Museo Thyssen-Bornemisza. Paseo del Prado 8, 28014 Madrid

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