Según estadísticas de la ONU, Alrededor de 3,4 millones de personas mueren cada año por enfermedades asociadas con patógenos en el agua, como el cólera, la fiebre tifoidea, la hepatitis infecciosa, la poliomielitis, la criptosporidiosis, la ascariasis y las enfermedades diarreicas.
El problema evoluciona a peor en gran parte del mundo. Cientos de millones de personas están en riesgo de contraer enfermedades potencialmente letales debido al aumento de la contaminación del agua en tres continentes, según señala el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, PNUMA.
El preocupante aumento de la contaminación en las aguas superficiales de Asia, África y América Latina es también una amenaza a las fuentes de alimentos y para la propia economía de los territorios afectados, señala el informe Snapshot of the World's Water Quality.
Las principales causas del preocupante aumento de la contaminación de las aguas superficiales en Asia, África y América Latina son el crecimiento demográfico, el aumento de la actividad económica, la expansión e intensificación de la agricultura y la gran cantidad de aguas residuales no tratadas que se descargan en los ríos y lagos.
La contaminación patógena y la contaminación orgánica aumentaron en más de 50 por ciento de los tramos fluviales entre 1990 y 2010 en los tres continentes, mientras que la contaminación salina aumentó en casi un tercio. La situación más dramática es la de Asia
La solución no es solo construir más alcantarillas, sino tratar las aguas residuales. 
Contaminación orgánica
Se produce contaminación orgánica severa cuando se liberan grandes cantidades de compuestos orgánicos degradables en los cuerpos de agua. Este tipo de contaminación puede conducir a la desoxigenación total de los cuerpos de agua, y esto representa una seria amenaza para las pesquerías de agua dulce, que suministran la sexta fuente más importante de proteína animal para los seres humanos y que, en los países en desarrollo, dan empleo a 21 millones de pescadores y generan 38,5 millones de puestos de trabajo indirectos.
Salinidad
Alrededor de una décima parte de todos los tramos fluviales de América Latina, África y Asia ya está afectada por contaminación salina severa y moderada. Los altos niveles de salinidad producidos cuando los humanos vertimos aguas residuales salinas de minas, sistemas de riego y hogares en los ríos y lagos hacen que, para los agricultores más pobres del mundo, sea todavía más difícil irrigar sus cultivos. Entre 1990 y 2010 la contaminación salina aumentó en casi un tercio de todos los ríos de los tres continentes.
Eutrofización
La agricultura se ha intensificado y expandido a medida que el mundo busca la manera de satisfacer la creciente demanda de alimentos de su población en auge. Esto ha aumentado la cantidad de fósforo, proveniente de fertilizantes y pesticidas, que contamina los cuerpos de agua. La eutrofización resultante puede conducir a un auge de plantas nocivas y a la proliferación de algas, así como a cambios en la estructura del ecosistema y las especies de peces.
Más de la mitad de las cargas totales de fósforo en 23 de los 25 lagos más importantes de todo el mundo son de origen humano: fertilizantes inorgánicos, desechos del ganado y aguas negras humanas.
Hay que defender el control de la calidad del agua, tratar las aguas contaminadas antes de que entren en los cuerpos de agua, reciclar las aguas residuales para el riego y proteger los ecosistemas. Un agua cada vez de peror calidad es una de las graves amenazas para la salud y el desarrollo humano.
Manantial en Piedrasecha, León. Foto Guiarte.com Copyright.
Un grupo de mujeres lava la ropa en un lavadero público en Bombay. Foto Guiarte.com Copyright.