Peregrinación a Santiago, en otoño



Santiago de Compostela, 2 de noviembre de 2015
Es lo habitual. A partir de ahora y hasta Semana Santa, el peregrinaje por las vías santiagueñas se reduce al mínimo. Hay incluso meses en los que volumen de viajeros que sella su credencial del peregrino no llega al millar.

De todos formas, la cifra de noviembre no es mala, porque es superior en más de un millar de personas a la de noviembre del año anterior, cuando se recibieron 4.803 peregrinos. No obstante, es inferior al máximo alcanzado en el anterior Año Santo de 2010, cuando se contabilizaron 8.076 visitantes.

En estos meses, la ciudad santiagueña está tranquila. Es fácil subir a darle el abrazo a la estatua del Patrón y no encontrarse con nadie en las escalerillas o sentarse a meditar en la capilla de la Corticela, con el sonido de la música y la soledad. 

Es una soledad que permite al viajero encontrar siempre una mesa para tomar en cualquier lugar una tapa de pulpo o relajarse ante un café en el salón del Casino, un local que merece la atención por el ambiente dieciochesco, más que por su oferta de cafés o pastelería.

Es esta época cuando se reducen las cifras de viajeros más jóvenes, pues los estudiantes están en periodo lectivo; y cuando se nota más la afluencia de viajeros que llegan de lejanas latitudes. Un dato: el primer puesto de visitantes extranjeros es el de Estadounidenses, y el tercero el de los coreanos. Son países donde algún elemento cultural -película o libro- ha calado entre el público.

Los españoles que sellaron su credencial el mes pasado fueron 2069; en primer lugar los propios viajeros gallegos. Los extranjeros fueron 3.160, más del 60 por ciento. Destacan por este orden Estados Unidos, Alemania, Corea, Italia y Francia.

Como puntos principales de partida, aparte de los que de Galicia, destacan San Jean Pied de Port, Roncesvalles y León… porque el gran itinerario sigue siendo el Camino Francés, por el que viajó el 72 por ciento del total de los llegados a Compostela.