Pontevedra, 11 de abril de 2013
El Camino Portugués recoge a aquellos peregrinos que vienen desde las tierras de Lisboa, Coímbra, Braga o Porto y que avanzan por Tuy en dirección a Pontevedra, Padrón y Santiago de Compostela.
No es un camino de la importancia del llamado Camino Francés. De hecho, si tomamos cifras de 2012, la estadística de peregrinaciones nos da datos concretos al respecto: un 70,12 por ciento de los peregrinos hacen el Camino Francés, frente a un 13,31 por ciento que recorre el Portugués. Pero aun así, los viajeros de este último sobrepasan crecidamente a los del llamado Camino del Norte o de la Vía de la Plata.
Estos peregrinos que vienen desde las tierras lusas, tienen una parada obligada en Pontevedra, ante el templo de la Virgen Peregrina.
No es un templo grande. Destaca más por su airosa portada que por su recinto interior, circular, en el que apenas cabe un puñado de bancos.
El atractivo del templo es la Virgen Peregrina, una bella imagen colorista y sonriente, con hábito de peregrino, que desde el altar mayor, obra de Melchor de Prado, parece dar la bienvenida a todos aquellos que se detienen a orar en este lugar.
Este airoso edificio se inició en 1778 con planos de Antonio Souto y Bernardo de Mier, destinado a recoger en él a la imagen de una cofradía del “refugio de la Virgen Peregrina”, a la que los pontevedreses rodearon de cariño. Hoy es patrona de la provincia, además de patrona de los peregrinos.
La iglesia, de una airosa fachada convexa coronada por sendas torres, tiene unas formas artísticas mezcla de neoclasicismo y barroco. Esta fachada está precedida por una pequeña escalinata.
En conjunto es agradable y se ubica en una de las más bellas zonas de Pontevedra, al lado del edificio gótico de la iglesia de San Francisco, y de unas serie de placitas, en las que se dan cita los muchachos que juegan al balón, los peregrinos y las mamás que toman café en alguno de los establecimientos, mientras los bebés persiguen a las palomas.
Desde la esbelta fachada de esta iglesia, la estatua de piedra de la Peregrina, parece vigilar el plácido discurrir de la vida urbana. Pontevedra es una ciudad de ritmo pausado… pero de calidad de vida.
Por Artemio Artigas
Iglesia de la Peregrina, Pontevedra. Vista lateral. Guiarte.com
Fachada de la iglesia de la Peregrina, Pontevedra. Guiarte.com
Detalle de la fachada de la iglesia de la Peregrina, Pontevedra. Guiarte.com
Altar de la iglesia de la Peregrina, Pontevedra. Vista lateral. Guiarte.com