A unas tarifas excelentes se puede degustar la magnífica calidad que sale de los fogones de la tierra: son las VIII jornadas gastronómicas de Cocina Maragata.
El Borrallo es una magnífica organización gastronómica astorgana, que está desarrollado meritoras actividades en beneficio de la disfución de la cocina de este territorio, y en la mejora de su calidad. Esta asociación junto con Onda Cero Astorga, el ayuntamiento local, la Cámara de Comercio de la ciudad, y entidades promotoras (de las mantecadas de Astorga, Cecina de León, Denominación de origen Bierzo) conducen con éxito una interesantes jornadas gastronómicas cada año.
Los centros que se integran en la asociación gastronómica el Borrallo son: los restaurantes Casa Maragata, Hotel Astorga, Hotel Astur Plaza, Hotel Gaudí, Hotel La Peseta, Mesón Juan Lúis, Motel Pradorrey, Restaurante Pedro Mato, Restaurante El César, Restaurante Serrano, Restaurante Tritón y Restaurante Las Termas.
Este año, las VII jornadas gastronómicas comenzaron con un acto, celebrado en el restaurante Las Termas, en el que intervino Tomás Alvarez, periodista y escritor, autor de varios libros en los que se trata sobre el turismo y la gastronomía de la zona.
La clausura, el 30 de marzo, contará con la intervención de Jesús Prieto Marquiegui, titular de la asociación gastronómica y cultural El Borrallo; el escritor Luis Alonso Luego; José Rafael Alvarez de la Puente, presidente de la Casa de León en Madrid; Manuel Herrero Farina, cocinero; Victorino González Ochoa, presidente de la Cámara de Comercio de Astorga, y Juan José Alonso Perandones, Alcalde de la ciudad.
Respecto a la jornada inaugural, celebrada en torno a un magnífico cocido, al que antecedieron sendas delicias de Fresno(puerros y pimientos en conserva) cabe destacar que tras una presentación a cargo del titular de la Cámara de Comercio, la secretaria de la Asociación y un representante del municipio, Tomás Alvarez pronunció un breve discurso titulado: Donde se revela dónde está la mejor cocina de España, en un tono alegre y distendido, en el que comentó:
*…Aún hoy, cuando tengo que hablar ante cualquier auditorio sigo padeciendo; se me suben los colores, aumentan las pulsaciones y temo trastabillear en cualquier momento.
Pero hoy no. Porque un cocido como éste es una coraza que protege al individuo para afrontar las más duras batallas; es escudo, es borrachera, y transforma al ser humano en un mutante, superhéroe capaz de saltarse fácilmente todo …todo salvo la siesta.
Dicho esto, quiero empezar este parlamento con una historia que un día me refirió en Madrid el gerente del hotel Wellington, señor Lobo.
Está integrado este hombre en una cofradía gastronómica capitalina, que tiene por sana costumbre recorrer la geografía en búsqueda de sabores gozosos y auténticos.
Una buena costumbre. Soy cristiano, y desde pequeño recuerdo que me dijeron que el cuerpo era Templo de Dios, Y yo respeto las tradiciones y las cosas divinas. Por lo tanto considero que al cuerpo hay que cuidarlo con el mismo mimo que a las más bellas catedrales.
Bien. Pues estos señores de la cofradía gastronómica, organizaron una salida para degustar el cocido maragato. A eso de las ocho o las nueve de la mañana estaba el autobús ante el hotel Wellington para encaminar su marcha hacia Astorga.
Subieron los de la gastronomía y ya por Guadarrama alguien dijo ¿Oye, y esa pandilla de japoneses que van en la parte de atrás, cuando se han integrado en nuestra cofradía?.
Preguntaron a los nipones y uno de estos -en inglés- respondió:
- Nosotros subir al autobús para excursión a Toledo.
Los gastrónomos se callaron, y evitaron a los del País del Sol Naciente, el disgusto de decirles que avanzaban en dirección contraria.
Llegan a Astorga, ven las murallas, el palacio, la catedral; pasean por la ciudad, y luego van a Castrillo de los Polvazares, donde hincan el diente a uno de esos benditos cocidos que realmente acaban cociendo a quien los ingiere.
Copa, paseo por Castrillo, alegría general, gozo en el cuerpo… y vuelta a Madrid.
Y al día siguiente, cuenta el director del Wellington que a primera hora de la mañana se sorprendió cuando una auténtica manifestación de japoneses fue a su encuentro, encabezada por uno de los del viaje de Astorga.
Éste hizo una petición en nombre del grupo:
- Todos querer ir al otro Toledo
Pues bien, en este otro Toledo…tenéis mucho que enseñar.
Este otro Toledo es una tierra estratégica del noroeste de España, donde se sedimenta el arte y la historia.
Nuestros antepasados vivían de explotar la tierra, sacando de ella minerales o granos… Hoy aquella economía se ha truncado. Los granos salen más baratos en Argentina, y los minerales se traen de Sudáfrica, Polonia o Brasil. Pero nos queda un inmenso patrimonio, un patrimonio que es arte, que es cultura, que es paisaje, que es cocina, que es hospitalidad. Es un patrimonio muy rentable.
Por razones familiares, frecuentemente acudo a lugares como La Selva Negra o Alsacia. Me maravillan esos pueblos cuidados, ese excelente nivel de vida, esos puentes de piedra con macetas de geranios; el amor a sus viejas edificaciones con entramados de madera, esa sana costumbre de conservar trajes o recetas…
Los pueblos apenas tienen sino viñedos, bosques, praderas y arroyos. Pero son lugares dignos, donde se practica una vida de calidad.
Envidio a esas gentes. Porque han comprobado que el patrimonio es rentabilidad. Es rentabilidad porque la gente busca lugares auténticos para pasear o reposar, y busca restaurantes con sabor auténtico, con las recetas tradicionales de la carne y el pescado, con los aguardientes de frutas y las tartas de cerezas del territorio.
Nuestro arte, nuestro patrimonio, nuestra cultura son nuestra mayor riqueza. Y yo os animo a que hagáis uso de esa riqueza, conservándola y promocionándola.
Astorga es un lugar muy importante. Es punto básico del Camino de Santiago; fue una capitalidad de Hispania; es cabeza de la Vía de la Plata.
Por estos caminos pasaron los centuriones romanos, duros bárbaros, cristianos peleones, sabios, guerreros, cocineros, titiriteros, constructores, obispos y pícaros. Pasaron germánicos, ingleses, lombardos, francos, andalusíes…
En torno esta la Vía de la Plata se cimentó la cultura y la gastronomía del occidente español. ¿Es una casualidad la calidad del jamón leonés, salmantino, extremeño u onubense? ¿Es una casualidad que guisos de acá se hagan maravillosamente 200 o 400 kilómetros al sur?…
Y no sólo 400 kilómetros, sino 12.000.
Uno de los platos fundamentales de Buenos Aires es el puchero. ¿Saben que es el puchero?. Lo diré. El puchero se hace con carnes de varias especies, patata…. garbanzos y tocino
Que..
No hay olla sin tocino
Ni boda sin tamborino
El puchero típico de las orillas del Río de la Plata es el cocido de nuestra Vía de la Plata, lo mismo que el gaucho pampero no es sino una variante del ganadero del sur del Reino de León.
País de caminos, nuestros restauradores son el rescoldo de un saber culinario universal. Sois sacerdotes de la religión europea de la buena mesa, los druidas de los pucheros de occidente.
Y eso hay que anunciarlo y beneficiarse de ello. Y si vosotros os beneficiáis beneficiáis al campesino que cultiva los pimientos y patatales y que cuida de los gorrinos o las vacas.
Porque la cocina auténtica se hace con el producto propio; con el producto natural.
Y eso -dije- hay que anunciarlo - tenemos la obligación de anunciarlo- a todo el mundo.
Y si antaño los grandes señores utilizaban heraldos con clarines hoy hay que acudir a los medios informativos escritos, a la radio, la televisión, a Internet.
Hay que complementar la carta con platos de la zona; no quedarse en el cocido maragato; rescatar las sopas viudas o los bacalaos de cuaresma, popularizar una cocina maragata y leonesa, como han hecho vascos o gallegos con la suya propia
Yo os propongo que busquéis conjugar el ejercicio diario de la buena mesa con la promoción de los productos en todos los ámbitos.
Me han comentado que estáis preparando una entrada conjunta en Internet. Me parece formidable. Es un ámbito que da prestigio y que es sumamente aprovechable
En La Cepeda tenemos una asociación llamada Rey Ordoño I. Pusimos en internet una página de la comarca y hoy es un auténtico foro de lo cepedano, donde se participa, se cruzan mensajes, se habla de cocina, de patrimonio, o de historias de lobos o prostitutas… Es el gran periódico moderno de La Cepeda.
Tras poner en marcha esa experiencia, al autor de la página, le propuse que dejara su empresa -una multinacional de información de deportes- y crease sus propios portales de internet. Hizo dos, el más joven, guiarte.com, es ya uno de los portales verticales de viajes, turismo y arte más bellos en el ámbito de habla hispana. (Un portal donde Astorga tiene una presencia destacada)
A través de sus páginas se llega a muchos miles de gentes. En el mes pasado ya superó las 60.000 páginas vistas. Y allí entran gentes de Villamejil, Barcelona, Nueva York o Nueva Guinea, que forman parte de la nueva sociedad globalizada.
Pues bien. En esa sociedad globalizada os invito a que dejéis vuestra marca, una marca de calidad, porque si no hay calidad no merece la pena. Y tenéis la calidad y la sabiduría de los siglos.
Astorga no salió beneficiada en los relatos de los viajeros románticos. Algunos incluso criticaron la hospitalidad de la ciudad (Borrow).
Pero hay algunos testimonios que merecen ser rescatados. El barón Jean Charles Davillier, que estuvo aquí en el siglo XIX, con el dibujante Gustavo Doré, aprovecha su estancia en Astorga para recordar la fabricación del chocolate y decir en España se tomaba un chocolate especialmente bueno.
Otros autores más modernos de aquí y allá han hablado excelentemente de Astorga y la gastronomía. Pero tal vez entre la literatura extranjera de viajes más moderna destaca, en lo que a Astorga se refiere, a James Michener, quien, en su libro Iberia, de 1968, alabó especialmente nuestro palacio de Gaudí y dejó escritas maravillas culinarias de esta ciudad.
"En Astorga -dijo el escritor nortamericano- iba a verme ante la mejor comida que jamás hiciera en España".
Hora es de que pongáis esta cita -en las cartas, en los folletos turísticos, en internet…hasta en la puerta de la catedral de Santa María, si es preciso
Es de justicia.
Porque hay que recordar que el buen comer siempre ha glorificado a la sociedad.
Nuestros antepasados del siglo de oro tenían un refrán:
Despues de Dios, la olla; el resto es bambolla.*