Guía de Zaragoza

Zaragoza: la gran ciudad del valle del Ebro

Hay en España un conjunto de ciudades históricas de una inmensa significación, y en las que reposan milenios de historia.

Un ramillete de ciudades claves para conocer la historia de la península Ibérica, y aún de Occidente son: Santiago, Sevilla, Córdoba, Tarragona, León, Toledo, Barcelona... y, por supuesto, Zaragoza. Es Zaragoza, con unos 700.000 habitantes, la capital de la comunidad autónoma de Aragón y eje en torno al cual se aglutina el valle del Ebro. Pero esa capitalidad de la cuenca del Ebro, el río más caudaloso peninsular, ya la ostentaba Zaragoza desde hace unos 2000 años.

A la tradicional importancia histórica de la ciudad se une su vertiente de centro religioso. Según la tradición, la Virgen María viajó a Zaragoza cuando aún moraba en Jerusalén, para estimular la predicación del apóstol Santiago. Era el 2 de enero del año 40. Fue ella quien trajo una columna, un pilar, para construir sobre él la primera capilla, el primer templo mariano de la cristiandad.

Los zaragozanos insisten siempre en precisar al visitante que fue una “venida” de la Virgen, no una “aparición”.

En torno a la inmensa explanada que se extiende ante la basílica, siempre hay una teoría de paseantes que revelan la devoción mariana: clérigos y monjas, niños y niñas de primera comunión, devotos que entran presurosos al gran templo barroco... Y palomas. Miles de palomas que sobrevuelan las cúpulas de este grandioso templo de aire mitad barroco mitad bizantino, atentas a los niños que les traen granos de cereal o migas de pan.

La historia de la ciudad

Aunque ya existía una ciudad celtíbera, Salduba, las legiones romanas de César Augusto fundaron a su lado otra ciudad, dándole el nombre del propio caudillo: Cesaraugusta.

En torno al centro de la ciudad se aprecian aún las recias murallas de los días de Roma, en los que Zaragoza se convirtió en una floreciente metrópoli, excelentemente comunicada con el resto de Hispania. Muy cerca de la Seo, la catedral, están ahora visibles las grandes ruinas del Teatro, las del Foro y el Puerto, porque en época romana el Ebro era navegable desde Tortosa, y había puertos fluviales en diversas ciudades.
El de Caesaraugusta era el principal, construido en torno al siglo primero y reedificado varias veces. A su lado estaban el mercado y el foro, con una gran actividad que continuó hasta entrada la Edad Media.

Ya en época musulmana, la ciudad cobró notable importancia como cabeza de uno de los reinos taifas más poderosos.

Diversas joyas artísticas nos recuerdan ese periodo. Fue conquistada a los musulmanes en 1118 por Alfonso el Batallador, asumiendo la capitalidad de Aragón.

Como la generalidad de las ciudades españolas del interior, desde fin del XVI en adelante se sucede una época de decadencia, en la que sobresalen los hechos valerosos de defensa de la ciudad ante las tropas napoleónicas.

En época moderna, Zaragoza ha retomado una situación más próspera, amparada por su cualidad de capital aragonesa y centro vital del cuadrante noreste de España, en medio Madrid y Barcelona. Una prosperidad que por desdicha no ha acompañado a los ámbitos rurales de la región.